foto: Alianzaporelcambio.org

Bruno Ortiz Jaime
Al saludable cambio de mando en Matute no solo deben sumarse aplausos y expectativa. Es necesario que Guillermo Alarcón se dé cuenta de una vez que no es más el candidato entusiasta y con promesas que suenan bonito. Asimismo, Claux, Farah, Panfichi y demás deben demostrar con actos su valía en honra de lo que los aliancistas tanto añoramos: un club tan sólido como tradicional. La carga de un Constantino intelectualmente vigente es aún un condicional más para alcanzar los objetivos.
En primer lugar, si Alarcón habló sobre el sueño de "un Alianza campeón nacional y, por qué no, de la Copa Libertadores". Alto, estás palabras ya suenan a ayer y precisamente del predecesor, Alfonso de Souza Ferreira. ¿Por qué no prometer mejor un serio trabajo a largo plazo? Carlos Franco se ha ido vociferando y con una sonrisa de oreja a oreja que deja al equipo puntero. ¿Eso es lo que queremos? Cantar victoria por estos lares ya no es suficiente, con más de veinte títulos tenemos suficiente. ¿Está realmente tranquilo Franco? Este es un equipo que sufre para ganar en el torneo local y que no tiene una sola expectativa de cara al futuro internacional. ¿Si Alianza llega a una Sudamericana o Libertadores está preparado para afrontar -vamos, se sabe que llegarán refuerzos sobre la hora, pero...- torneos de esa magnitud con esta base de jugadores?
No es por pecar de despectivo, como alguna vez oí de un jugador profesional, pero seamos sinceros, Kohji Aparicio, Marko Ciurlizza, Juan Jayo o José Moisela tienen alguna proyección mayor. El primero alcanzó su techo hace rato, el segundo no ha podido jamás superar el infierno de las lesiones, el tercero demostró hace rato que afuera no sufre, llora; el último hace mucho que no la emboca de tiro libre... ¿sabía hacer algo más?
Si no nos ponemos fuertes para expectorar jugadores, aunque el propio Costas los considere base del plantel, la historia se repetirá una vez más. El ejemplo de Arakaki es claro, su ciclo en Alianza culminó y ahora juega para Cienciano, un club que podía ser campeón del mundo sin tener campo donde entrenar. Tampoco significa cometer el abuso de mandar al ruedo a medio equipo Sub-20, pero consideremos: si vamos a estar cambiando de jugadores cada verano, de ahí no nos quejemos de que no jugamos a nada.
La cuestión futbolística queda zanjada ahí. Hay

Si realmente para usted ser presidente de Alianza es más importante que serlo del país, no creo que esto no se haya pasado alguna vez por su cabeza. Cúmplalo, confiamos en usted.
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