domingo, 28 de marzo de 2010

Domingo de ramos... con espinas

foto: Álvaro Rossell Dueñas / CorazónParaGanar.com
Porque cuando la testarudez se impone desde el banco, se llega a límites insospechados. La blanquiazul quería levantarse pero no fue solidaria, mantuvo a una defensa lerda y paralítica de recursos, y consiguió un verdadero milagro: resucitó a un Melgar perdido en las lagunas de la paridad y convirtió a sus humildes atacantes en figuras estelares. Sí que estamos en el 'buen camino', ¿no?


Renzo Gómez Vega
[renzo.gomez@corazonparaganar.com]


Los íntimos esperaban resucitar al tercer partido, los characatos buscaban a su Salvador. Costas era consciente –e inconsciente a la vez- de que un nuevo traspié haría temblar el andamio de ilusiones que había avivado su sistema. Y es que en el fútbol como en la vida, los exámenes son constantes y las correcciones indispensables. Si bien es cierto, el torrente de victorias aliancistas daba para el aplauso, no daba así para la ceguera y la nulidad crítica. Hasta en los mejores momentos hay que guardar una pizca de juicio.

¿Algo más?

Pese a todo, el panorama era alentador. Los últimos antecedentes en Arequipa eran buenos, el Melgar no conocía de triunfos y presentaba una oncena parchada ante algunas bajas. Encima, el reputadísimo –ojo con las ambigüedades- ‘equipo de la Copa’ iniciaría las acciones. Si a esto le sumamos las vacías graderías de la UNSA, entonces el desenlace no podía ser otro que la victoria. Pero no fue así.

Date cuenta

Pitazo inicial. González recibe el balón de la mediacancha y quiere tocar con Prado, pero la manda larga. Mala señal. Melgar arranca impetuoso y encima con sus pocas armas. Aubert y Meza Cuadra, las figuras del compromiso, ensayan sus primeras jugadas y eluden fácilmente a sus marcadores. Carambolas en el área visitante y disparos de Vera y Zambrano confirman la obviedad: Alianza es débil en defensa y no lo quiere reconocer o corregir, que es peor.

Sí y no

Vera choca con Velásquez y sale lesionado. Manta se agarra la cabeza: le cuesta creer su mala suerte. Más aún, cuando a los 29’ el paraguayo González levanta la mirada y se atreve a rematar, como ante los sullanenses hace unas semanas, y liquida a Rodríguez desde fuera del área. Golazo. Para no creerlo, Alianza no lo merecía pero ganaba.

No es lo mismo…es distinto

Salieron para el segundo tiempo con la suerte echada, aunque no pareciera. Pese al nuevo lamento de Manta ante la lesión de ‘Magaly’ Ramos, Melgar salió con otra tónica y otro ritmo. A los pocos segundos, Villamarín se queja de dolor. Uno menos. Cuatro minutos después, Meza Cuadra juega en pared con Aubert, y con un puntazo inicia el vía crucis. Lo demás es doloroso para describirlo pero vital para analizarlo.

¿Ocopa o mazamorra?

Con un Prado pensando en cualquier cosa, un Solís al que no se le puede pedir más, un Villamarín sentido y un ‘Mariscal’ (¿?) Sosa que ya no nos puede engañar con su incompetencia, ¿qué más se podía esperar? Sí, un cuatro a dos, pero al menos un replanteo desde el banquillo, ¿no?

Las flores también producen espinas

En este caso los rimbombantes triunfos coperos causaron esta preocupante realidad, que ya va dejando de ser transitoria para apostarse en el chip de los jugadores. No se trata de preguntarse un simple cuándo, cómo y dónde. Revise los partidos y dese cuenta. Humildad en el triunfo y paciencia en la derrota.




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