sábado, 6 de junio de 2009

Correa ancha: ¿Mano salada?




Bruno Ortiz Jaime


1994, programa de Yola Polastri. El 'Diablo' Masías se presentaba ante la animadora infantil con un grupo de niños vestidos de blanquiazul. Eran supuestamente la nueva generación de grandes jugadores aliancistas. Entre muchos rostros que resultan irreconocibles, donde no se puede 'sacar' a nadie, dos pequeños resaltan por los contrastes que tienen en la actualidad y que ya el ex presidente íntimo preveía. Masías elogió sobre todo a unos pequeños Kohji Aparicio (bueno, es un decir, porque el hoy zaguero ya destacaba por su estatura) y Paolo Guerrero. "Uno es hijo del entrenador Carlos Aparicio y el otro sobrino directo de 'Caíco' Gonzales Ganoza", le contaba a la Polastri. Después de que Yola y el presidente elogiaran al 'Depredador' ("es el futuro crack del fútbol peruano" y "puede ser una gran estrella dentro de unos años más jugando con nuestra camiseta del Perú") llegó el momento clímax. Alberto Masías comentaba sobre la construcción de un pabellón para menores, pidiendo ayuda caritativa a la vez, y la importancia de tener aulas de clase para que los chicos se nivelen, porque (2:00) "muchos de estos quizá nunca lleguen a ser grandes cracks", mientras acariciaba con ternura y con ojos misericordiosos al buen Kohji, quien tan solo atinó a agachar la cabeza con la sentencia que Yola y su mandamás habían lanzado sobre él. Hoy, 15 años después de que ambos emitieran juicios sobre el futuro de dos calchines íntimos, ¿La amiga de los niños y el 'Diablo' se equivocaron?...

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