A Costas le resultó todo bien en Chiclayo y Alianza se tumbó a Aurich, como ya viene siendo costumbre. En la 'Ciudad de la Amistad', los íntimos supieron controlar al 'Ciclón' hasta dejarlo sin aire, gracias al buen orden defensivo y la decisión para encarar y elaborar jugadas. Alianza sopló fuerte en el norte, pero lo más importante es que demostró que este fin de semana será para el ‘papá’ del torneo.
Foto: Bruno Ortiz Jaime; Texto: Denis Prince Delgadillo
Enviados especiales a Chiclayo
Foto: Bruno Ortiz Jaime; Texto: Denis Prince Delgadillo
Enviados especiales a Chiclayo
Si la esperanza abrigaba realidades, la expectativa de las horas previas al encuentro denotaba tranquilidad: todos estaban seguros de una victoria local. Y el contexto, en descarte de los antecedentes triunfales de la blanquiazul, no decía lo contrario.
Aprovechando el viento a favor durante el primer tiempo, el 'Ciclón' arrancó mejor que la visita. Desde el comienzo, los ataques comandados por Candelo, acompañado por Chiroque, infructuosamente por Advíncula y terminados con el 'Checho' Ibarra causaron zozobra en la defensa aliancista. No obstante, el mediocampo generaba jugadas y ocasiones de gol. Con la inclusión de Fernández por Velázquez, el planteamiento de Costas seguía siendo el mismo: jugar con tres creativos y un punta; lo cual era bueno pues, si bien las ocasiones generadas no acaban en gol, era por falta de resolución de José Carlos o apresuramiento de Montaño y compañía.
Pero tal como, actualmente, la gente de fútbol asevera, siempre, cuando no se puede elaborando siempre tienes el balón parada para resolver situaciones. Eso recordó Trujillo, quien cobró de un tiro libre, de esos que habitualmente se le conoce como córner corto, que realizó una perfecta parábola que terminó por vencer la resistencia de Delgado. Tras ello, los chiclayanos se abalanzaron a campo íntimo, por lo que perdieron orden, cayendo en los balonazos y el desorden defensivo que le dio más tranquilidad a la salida blanquiazul.
Ya con el viento a favor, los segundos 45 minutos fueron más fructíferos para Alianza. Y es que el gol de Chiroque, pasados los 15 minutos parecía presagiar una remontada roja. Sin embargo, muy a diferencia de otros partidos, los victorianos no se desesperaron y supieron contrarrestar ese lógico golpe psicológico para continuar con lo suyo: ordenarse en defensa y generar en ataque.
Y otra vez, a la media hora del segundo tiempo, la bendita pelota parada le demostraría a toda la fanaticada, en especial aliancista, que colmó el Elías Aguirre, que si el fútbol elaborado no puede reflejar el resultado del juego un tiro de esquina sí. Centro al segundo palo, cabezado de Aparicio y gol. De ahí en más, el Aurich recurriría nuevamente al amontonamiento de pelotas en área rival y el desorden ofensivo, que tanto Quinteros como Montaño aprovecharon para jugar al contragolpe con González-Vigil.
Otra vez en el norte, Alianza sopló fuerte y se renovó la amistad con los papás e hinchas blanquiazules, dándoles como regalo la punta este fin de semana.
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