jueves, 26 de febrero de 2009

Aliancistas en el mundo: ¡Qué buena IMAGEn!

foto: Uefa.com

Werder Bremen sorprende en la UEFA. Venía perdiendo dos - cero en el Giuseppe Meazza y logró empatarlo con dos golazos de Claudio Pizarro. El delantero dejó atrás una semana de vaivenes judiciales y le dio la clasificación a los verdiblancos.


Bruno Ortiz Jaime


Épico, de festejo insaciable. A los hinchas del Bremen no se les va a borrar en mucho tiempo esta jornada en la que el peruano controvertido, de las ausencias, las sanciones y los problemas sin fin volvió para tentar con ellos la historia gloriosa, la que inició allá por 1999.

El rival de turno era el AC Milan. En casa y con el 1-1 favorable en el partido de ida en Alemania, las comparsas futbolísticas del glamuroso David Beckham se animaron a jugar. El Bremen había adelantado sus piezas y los milanistas comenzaron a aprovechar los espacios. Fue así que un tiro libre de Beckham encontró la mano de Frings en el área. Penal para el Milan. Andrea Pirlo se encargaría de canjear tiro desde los doce por gol.

Ya con la desventaja mínima, los Tomas Schaff cedieron otro gol. Esta vez fue Alexandre Pato el encargado de sumar certezas para el local y restar esperanzas para la visita con ese derechazo arriba e imposible. No obstante, se mostró una de las virtudes del cuadro teutón: la calma. Y es que el 2-0 abajo no tiró al piso sus ánimos y más bien fue motivo para que Diego, Hugo Almeida y Pizarro estuvieran a un triz de poner el descuento, que no llegó.

Para la segunda mitad, el orden se manifestó en Werder Bremen. Y ante un Milan que hace mucho perdió la fortaleza en casa eso es un plus importante. Estuvo cerca en un par de ocasiones. Hugo Almeida ya daba visos de la fragilidad en el juego aéreo de los dirigidos por Ancelotti. Y llegó. Balón parado que Diego convierte en rosca perfecta y Claudio Pizarro le gana por alto a Favalli. Golazo. Las manos en alto del 'Bombardero' hacia la tribuna presagiaban algo mejor.

Milan jamás le encontró la respuesta al partido. Se complicó cual ecuación interminable. Regaló faltas cerca al área y el pie derecho de Diego aún tenía fineza. La igualdad estaba cerca y todos lo sabían. Fue cuando llegó el minuto 78, apenas 10 luego del 2-1. El ingresado Sebastian Boenisch la recibe y la manda cruzada al área, Pizarro aparece por detrás de todos y la clava de cabeza frente a Dida. Todos los del Bremen, incluído Schaff, se querían morir de la felicidad aunque supieran que el empate era inminente. Y es que en el puerto hace mucho no saben de gloria internacional. Y si esto no es casualidad, Saint-Etienne debe ser el próximo en caer. Amén.





0 comentarios:

Publicar un comentario