domingo, 15 de febrero de 2009

¡Feliz día, mi amor!

Foto: ANDINA

Sufriendo, arrancando suspiros de tranquilidad y gritándolo a más no poder, el gol triunfal de Claudio Matías Velázquez fue hoy un conglomerado de emociones, en el aniversario de Alianza Lima, el eterno amor de más de medio país. Con él, la blanquiazul se impuso angustiosamente por 2-1 a un jodido Sport Huancayo, que se estaba convirtiendo en el nuevo cuco de los debuts íntimos. Más de 108 razones para que, pese a que la cabeza se preocupe, el corazón se ilusione.


Bruno Ortiz Jaime



Lo había sufrido, lo había padecido, lo había extrañado. Las historias pretéritas del Alianza victorioso siempre le tenían reservado un libreto protagónico al ‘9’, a ese hombre de aspecto omnipotente y de valía crucial. Esta noche aquel personaje casi fantasioso para el presente blanquiazul tuvo nombre y apellido: Claudio Matías Velásquez. El hombre engendrado en Rosario y que el año pasado se cansara a base de goles de urdir sorpresivos resultados a favor de José Gálvez. En Matute, Velásquez anduvo desaparecido en la mayoría del partido, pero mañana al amanecer su gol lo hará héroe en la memoria del hincha aliancista.

Porque más allá del plus que significa celebrar su aniversario y jugar en casa, Alianza tuvo en frente a un Sport Huancayo seguro de sus acciones y nada amilanado. La sapiencia del veterano Álex Magallanes junto al timing notable del ‘Chiperito’ Blas López fueron suficientes para adueñarse de un mediocampo en donde ni Jayo ni Uribe impusieron condiciones. Consecuencias: Montaño ya no desequilibra más a puro balón bajo el pie y Quinteros se convirtió en un simple pasador de balones. Para alivio de Costas y la tribuna, la dupla huancaína Ávila-Paredes nunca se entendió y jamás generó peligro alguno por propios medios.

Pero la exacerbada circulación de balón en Alianza tuvo uno de esos chispazos que, de un tiempo a esta parte, en los íntimos parece llegar una vez de mil. El pase al vacío de Henry Quinteros encontró a un Wilmer Aguirre calmo para la definición. Cambio en la trayectoria del balón ante la salida Cisneros y a cobrar.

Alguna vez tenía que llegar, y es que la impaciencia volvía a meterse al terreno de juego. Si la falta de ideas perdura en la volante, los laterales no ayudan demasiado. Más allá de algunas incursiones de Aldo Corzo y otras pocas de Corrales por izquierda, la blanquiazul no logra encontrar esa variante ofensiva que siempre le dio grandes resultados. Ya no es más 2008, en donde encontrar una lateral que primero marque era vital. En este 2009 se necesitan marcadores de punta que al menos acumulen una austera cantidad de llegadas a banda con centro de por medio.

La historia, sin embargo, condenaba nuevamente al sufrimiento local. Una combinación del ‘Rojo Matador’ dejó en soledad a Juan Ángel Paredes, quien le punteó apenas la pelota a un Libman que hizo todo el ademán de impedir el penal. Albert Caballero no lo notó así y sancionó el tiro desde los doce pasos. Arquero a un lado, balón al otro, así canjeó penal por gol el paraguayo Blas López, figura excluyente del encuentro.

La segunda mitad le traía una nueva visión de encuentro al equipo de Costas. Con un rival claramente satisfecho con el empate, los espacios aparecieron. Aunque la solvencia de Alemán y Torales no abrigaban demasiadas esperanzas de desnivel. Salvo un detalle: Huancayo comezó a cometer demasiadas faltas en las inmediaciones del área y esto era un obsequio inmejorable para los botines de Montaño y Quinteros. Precisamente un remate del ‘Pato’ fue a parar al fondo del arco, pero Caballero invalidó el cobro tras recordar que el tiro libre era indirecto. Encegueció en el momento preciso en que Jesús Cisneros tocó con los dedos la pelota -y por ende validara el gol- antes de que ingrese.

Hasta que Costas agotó sus opciones de desequilibrio. Le confió a Alexander Sánchez la responsabilidad de hilvanar mejores ataques. El popular ‘Arrocito’ no estaba teniendo un buen encuentro, pero aprovecharía la permisividad de Félix Otoya para ingresar por derecha y enviar un centro rasante que Claudio Velázquez empalmó con prontitud. La eufórica celebración del ‘Karioka’ colgado de la malla en Sur lo decía todo: Alianza lo estaba ganando sin merecerlo y eso, emocionalmente, con curiosidad, se goza más.

El epílogo no terminó siendo tan sencillo como se imaginaba. Algunos errores al fondo le pudieron costar un nuevo empate al local. Felizmente, ya con el balón dominado en campo contrario, Alianza celebró con algarabía ese pitido final de Caballero que simboliza un poco la agonía de la maldición 2008. Podemos celebrarlo, tenemos motivos, al menos en La Victoria, en su casa, en esta primera fecha, al dueño del santo se le respeta.

2 comentarios:

José dijo...

Hola q buena página, veo q recién empiezas.
Me parece tu nombre conocido.

Felicitaciones por tu dedicación al equipo que tanto amamos, espero este año salgamos la luz ilumine al club.

Tás en mis marcadores.

Arriba Alianza!
''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''
Fuera Cuchi de Alianza!

José dijo...

Hola q buena página, veo q recién empiezas.
Me parece tu nombre conocido.

Felicitaciones por tu dedicación al equipo que tanto amamos, espero este año salgamos la luz ilumine al club.

Tás en mis marcadores.

Arriba Alianza!
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Fuera Cuchi de Alianza!

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