
De repente, su semblante no fue el mismo de siempre. Las palabras escaseaban, pero los gestos lo decían todo. Era sabido que a Gustavo Costas el ambiente político-deportivo que vive actualmente Alianza Lima le resulta perturbador, pero de ahí a que lo demuestre expresamente... Este viernes lo hizo y es grave. Gustavo Costas se iría tras el partido ante Vallejo.
Foto: Luis Crespo Euribe; Texto: Bruno Ortiz Jaime
Pese a que los resultados, como el triunfo del fin de semana ante Cristal, lo avalan medianamente en lo deportivo, Gustavo Costas no estaba contento con el actual momento que vive Alianza como institución. Al insoportable retraso en los salarios de los jugadores, al argentino le habría 'reventado' ver como situaciones extrafutbolísticas tengan que convivir a diario con la interna del plantel.
Y si bien nunca había manifestado textualmente su decisión de tomar serias medidas, esta vez no pudo evitarlo más. "Más allá del resultado vamos a analizar la posibilidad de seguir o no seguir, porque es muy difícil trabajar en este clima que se vive. Yo les agradezco a Franco, a Mauricio (Prado), que me llamaron para venir. Esto se dio no como nosotros lo pensamos desde un principio, y es difícil trabajar en esta situación", dijo entre mortificado y triste.
Costas se la juega por sus 'hijos' (jugadores), pero no cree que la paciencia le alcance para más allá del domingo. Siente que el adiós está cerca. "El equipo está bien, confío mucho en él, pero igual voy a analizar porque a veces se llega a un límite, se mezcla lo deportivo con las cosas políticas, más allá de que nos paguen o no nos paguen es la incertidumbre de lo que está pasando. Así que vamos a analizar y tomar una decisión. Disculpen, no tengo muchas ganas de hablar", finalizó.
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