miércoles, 15 de abril de 2009

Santo sudario

foto: Peru.com
Se quiso pero no se pudo: Alianza no pudo romper la paternidad futbolística de San Martín y logró un sufrido empate que sabe a poco, ya que pudo ganar el partido. El orden táctico mostrado por los de Rivera terminó por controlar la inicial actitud ofensiva del equipo. Tras el gol de Arzuaga, las esperanzas parecían escaparse, pero una sutil definición del 'Pato' Quinteros salvó la noche. Más allá de la ganas del equipo, las certezas parecieron esfumarse.


Denis Prince Delgadillo


Parece incomprensible, tanto como el monopolio que ejerce DirecTv, que me obligó -al no tener esa señal en casa- a ver el partido desde la calle junto a un improvisada tribuna blanquiazul aglutinada por peatones frente a un módulo de esta compañía, como la irregularidad a la que el equipo se está acostumbrando. Hoy, cerca del mar de Grau, los nuestros no terminaron nunca de encontrar la brújula correcta que llevase a buen puerto el navío de ataques y, sobretodo, de intenciones de vulnerar la valla de Butrón y por ende terminar con la paternidad que, lamentablemente, hacía 7 partidos venían ejerciendo los de Santa Anita frente a los íntimos.

El partido empezó con un ofensivo y decidido planteamiento blanquiazul, que tenía en Montaño -las pocas veces que logró la conjunción-, 'Lalo' Uribe, Velázquez y, el impetuoso pero atolondrado, Juan Diego, a los protagonistas de cara al arco defendido por Butrón. Precisamente, al promediar los primeros 20´, Uribe tuvo una chance clara al desbordar por la banda derecha, tras triangulación con Corzo, que desperdiciaría al mandar un centro fuerte y pasado, cuando Butrón yacía vencido y el 'Karioca' estaba solo frente al arco. Misma suerte correría posteriormente con un centro de Ciurlizza al área.

De a pocos, la San Martín empezó, apoyado por la falta de efectividad en el último toque aliancista, a meter a su ritmo al partido y al propio Alianza. Es así que con jugadas de pelota parada y contragolpes empezaría a inquietar la valla de Forsyth. La opción más clara se daría precisamente tras un tiro libre desde de la derecha de Ludueña, cuando el balón se estrelló en el segundo palo y, seguidamente, fue conectado de cabeza por Ramos. Afortunadamente, se recuperó Forsyth, quien en felina actuación ahogaría el grito de gol.

En esa tónica concluiría el primer tiempo, con vaivenes de buen toque e impresiones por parte de ambos equipos pero con la San Martín ya dueña del ritmo del partido.
Para la segunda mitad, la tónica sería la misma, pero ahora Pedro García y compañía le agregarían un arma letal: el contragolpe. Es así que tras un corner mal ejecutado por “Talara” Trujillo, el “Churrito” salió rápidamente y sirvió un excelente pase largo que fue perfectamente aprovechado por Pedro García, quien se la pivoteó a Arzuaga para que, ante la pasividad de Corzo – muy flojo, salvo la jugada del empate-, defina a un lado de Forsyth.

Tras los ingresos de Wally Sánchez, Quinteros y más tarde José Carlos Fernández, el equipo empezó a tener profundidad en sus ataques, y es que parecía que la oxigenación que estos tres le daban al equipo no sólo era física sino también mental. Es así cuando ya el cuarto oficial se disponía a dar los minutos adicionales y la gente empezaba a creer que otra vez Costas no podía darle vuelta a la situación, aparecería una muy buena jugada individual de Corzo, para centrársela a Fernández, quien inteligentemente se la bajó de cabeza a Quinteros y este definió como los que saben. Los minutos finales serían de intentos que quedaron en el casi.

Lo único que se llegó a completar es esa incertidumbre y desazón por la gitana performance de la blanquiazul, tan parecida a la desazón con la que nos vemos afectados los hinchas del fútbol a ver restringido la oportunidad de ver al equipo de nuestros amores por una disputa comercial entre compañías de TV por cable. No obstante, que duda cabe que la desazón que necesitamos endulzar es la primera, y el domingo tenemos una nueva oportunidad de hacerlo frente a Cristal.


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