Previa: Del amor al odio

Henry Quinteros será, si lo que resta de este año y el próximo no deparan alguna sorpresa, el único jugador de la década que despertó más odios repentinos entre los hinchas de Alianza por su doloroso pase a Sporting Cristal. Aquí una pequeña reseña personal de aquel amargo recuerdo que hoy ya casi pasa desapercibido.


Bruno Ortiz Jaime


Al ‘Patito’, hoy ‘Pato’, todos le jugamos los boletos cuando apareció uno de esos fines de semana de 1998. Henry, el muchacho flaquito de las jugadas imposibles y la fantasía esperanzadora no tardó mucho en convertirse en realidad cuando su carrera se tornó meteórica y en poco tiempo se volvió en el mejor diez del campeonato local, en el talento casero que todos los aliancistas gozamos, pero que, extrañamente, no estrenaba pasaporte.

A Quinteros lo adorábamos por esa diestra mágica capaz de salvar partidos o gestar campeonatos. Y aunque no paso mucho para que algunos lo empiecen a llamar ‘pechofrío’, él se encargaba de taparles las boca con goles de clase mundial

Así rescatamos este video. Triste, pues no todo en la vida son dulces acontecimientos, y por partida doble. Un derechazo para poner el 1-4 en ese partido fatal del 15 de junio de 2003, que perdimos por obra y gracia de un 3-5-2 mal aplicado. Aquel fue el último gol de Quinteros con la blanquiazul, precisa y paradójicamente frente al propiciador de su abrupta salida de Matute.

Recuerdo el primer partido que, vestido de amarillo (aquel día Cristal jugó con ese color de camiseta), Henry pisó la cancha que lo había visto nacer para el fútbol profesional. Esa tarde, desde una de las antiguas bancas de madera de Oriente junto a mi abuelo, no recuerdo haber insultado con tanto rencor -y lágrimas de odio de por medio- a alguien. Ahí estaba él, mi ídolo, aquel ‘11’ que vestido de blanquiazul se había ganado mi más arraigado aprecio y cariño, calentando con el equipo rival, sonriendo con las bromas de la calistenia como si nada hubiera pasado.

Quinteros pudo ser campeón con Cristal pero su juego, su actitud jamás fueron las mismas. Henry era un hombre taciturno, decepcionado, arrepentido. Ni siquiera su mejor gol a la ‘U’ vestido de celeste lo hizo más feliz que un gol hecho por Alianza al Minas.

Tras su aventura polaca, el ‘Pato’ está de vuelta en La Victoria. Y, aunque mantiene algo de su calidad, todavía no encuentra la magia y el protagonismo -que por ahora acapara Montaño- que ostentara en antaño. ¿Lo recuperará? Los que aún intentamos perdonarlo esperemos que sí.

Fue el mejor amigo de Sandro; y tal como aseguran algunos, la última persona que habló por celular con su finado compañero antes de que este vea la muerte el año nuevo de 2000. Además, es imposible no asociar cualquier tarde otoñal de fin de semana con un golazo suyo de sombrerito al Pesquero. Cosas que se le ocurren a uno y que terminan siendo curiosamente únicas.

Yo aún no te perdono ‘Pato’, pero te juro que seis años después sigo tratando.

PD. Felices Fiestas a todos nuestros lectores. Total, el Perú es Alianza Lima.