domingo, 10 de enero de 2010

Paolo de la Haza: Trampolín israelí

foto: Aldo Vicuña Iberico / CorazónParaGanar.com
Con un Jayo al que los años cada vez le pesan más, un Ciurlizza endeble, un Uribe cumplidor y un Molina inexperto, su presencia, mal que bien, se convirtió en una necesidad en la volante íntima. Tanto fue así, que a mediados de agosto fichó por el Betar Jerusalén de Israel.


Renzo Gómez Vega



Refuerzo de primera línea, de categoría, de nivel A1 eran algunos de los calificativos que recibió el polifuncional jugador a su llegada a La Victoria. Los antecedentes estaban a su favor. Proveniente del Chernomorets Odessa ucraniano, se creía que De la Haza había pulido esa ruma de fallas que se habían vuelto su sello personal en equipos anteriores: desorden y falta de juicio para el remate o el pase, sobre todo en los metros finales. Nada más errado e iluso. Sin embargo, a cambio de eso ofreció dinamismo y su particular ímpetu para robar balones. Con algunas actuaciones sobresalientes y otras no tantas, De la Haza logró a mitad de temporada su regreso al extranjero, esta vez para vestir las sedas del Betar Jerusalén. Ante su transferencia, su puesto fue cubierto por el paraguayo González, quien para muchos cumplió un mejor papel.

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