domingo, 27 de septiembre de 2009

'Johnni' Bravo

foto: Luis Crespo Euribe / CorazónParaGanar.com
Montaño se hizo todas. Con un partidazo del colombiano y gol de Solís, Alianza le arrebató la punta al Aurich y hasta sacó ventaja. Si la blanquiazul quiere ser campeón, hoy ha dado un paso más que importante.


Denis Prince Delgadillo


En todo el mundo hay clubes que, actualmente, han llegado a ser grandes tras ganar ligas locales y ser protagonistas de torneos internacionales. Su fórmula: más allá del orden y la organización, el dinero. Chelsea en Inglaterra y San Martín en Perú dan fe de ello. Edwin Oviedo, sanamente, adoptó esa postura; eligió un comando técnico capaz, jugadores talentosos e idóneos para el objetivo de campeonar y, sobretodo, una organización institucional destacable. Todo ello sirve, y bastante, para poder levantar una copa en diciembre.

Empero, ¿ello también implica que en momentos picantes y situaciones límite como suceden en esta clase de partidos la camiseta marque lo mismo en la balanza? Hoy se volvió a demostrar en Matute que, a veces, la tradición, respeto e historia vale más –sin menospreciar- que una inversión económica bien administrada y dirigida.

Arranque esperado y caliente

Con un ’Ciclón’ afrentador, Alianza arrancó los primeros 45 de la mejor manera, apretando el acelerador desde el inicio y tapando las salidas de la defensa rival rápidamente. Es así que, tras el servicio de un córner ganado gracias a la presión y actitud ofensiva, llegó el tempranero gol de Solís, tras varios pivoteos aliancistas. Costas sabía que los chiclayanos morían arriba y ordenó este tipo de juego. A partir de ahí, y con la confianza del marcador a favor, la blanquiazul empezó a elaborar jugadas con mayor precisión. Montaño y Quinteros, alineados estratégicamente con el perfil cambiado cada uno, hilvanaban en menos de 3 pases ocasiones de gol. Precisamente las dos más claras con balón en movimiento tuvo al ‘Karioka’ y al arquero Delgado como protagonistas. Lamentablemente, el argentino volvió a nublarse de cara al arco.

Si bien este partido era una final adelantada, la forma como se exageró con el juego brusco no fue excusa ni mucho menos. La roja prematura a Mario Gómez marcó un precedente en las fricciones del encuentro. Antes Solís y Cevasco tuvieron la fortuna de seguir jugando tras grosera faltas sobre Chará y el paraguayo González, respectivamente.

Repliegue inteligente

Candelo, Advíncula y Zegarra tuvieron enfrente una pared defensiva bien posicionada, apoyada por un incansable Jayo y Quinteros, quien agotó su físico dando una mano en la zaga. Sin embargo, y como se dijo durante la semana, al ‘Checho’ no puedes darle un centímetro porque te vacuna. Para suerte de los nuestros, Forsyth estuvo atento a las sorpresas y sacó la única clara gol tras una desatención de Solís.

Aurich no renunció al empate y por ello, a base de ganas más que de fútbol, intentó meter a Alianza en su arco. Al local, el vértigo y la adrenalina del primer tiempo empezaron a pasarle factura, de tal forma que Vílchez, que entró por un exhausto Montaño para generar fútbol tuvo que apoyar en la marca. Así se iría terminando el partido, con un ‘Ciclón’ queriendo soplar a como de lugar en los últimos minutos y un Alianza defendiéndose con uñas y dientes por la poca pericia defensiva de algunos de arriba.

Poca diferencia, mucha alegría

Así se terminó, con una victoria 1 a 0 que para las emociones y opciones de gol vividos parece poco, pero para las aspiraciones de este equipo que hace un mes estaba 4 unidades debajo de quien ahora lo secunda es de mucha alegría. Alegría que para gozo de Alianza fue a estadio lleno.

Lo que venga en adelante será carga y responsabilidad de un equipo que debe revalidar su liderazgo en 10 paradas más. Para ser campeón no solo hay que serlo sino también parecerlo.


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