domingo, 29 de noviembre de 2009

De villano a héroe

foto: Bruno Ortiz Jaime/ CorazónParaGanar.com
En un partido cerrado y donde -sorprendentemente- los delanteros no tuvieron fineza, Aguirre apareció con la efectividad que tanto se le reclamaba, para asegurar el pase de los íntimos hacia la gran final frente a la 'U'.


Denis Prince Delgadillo
Enviado especial a Chimbote

Para todos los que somos amantes de este deporte, el más hermoso del mundo, las vicisitudes e ironías que puedan suscitarse en el verde, en tan sólo 90 minutos, son tan inusitadas como casi dogmáticas. No me refiero solo a la ya acostumbrada forma aliancista de ganar los partidos (con el corazón, y sobre todo el de Costas, en la garganta), sino a la revancha y reivindicación que un jugador puede tener en corto tiempo: la oportunidad de pasar de villano a héroe, de que su nombre sea mentado y ya no el de su madre. Para mejor muestra quien más que Wilmer Aguirre.

La realeza del arco

En medio de una semana más que cargada y llena de ansiedad por lograr el pase a la final con el compadre, Alianza había llegado a Chimbote con un recibimiento característico en todas las ciudades a donde fue: apoteósico. Sin embargo, el Manuel Rivera Sánchez no los recibiría de la misma forma pues Forsyth se lesionaría en el calentamiento.

Con esta baja, sumada a las de Jayo y el 'Karioka', el partido se terminaba de presentar tan complicado como se tomó durante la semana. Empero, Libman, quien estuvo a punto de irse por falta de continuidad, demostró que lo dicho por Leguía no son más que fanfarronadas (que no hay arqueros en Alianza). El '12' íntimo se mostró a la altura del compromiso y fue quien le dio seguridad a una defensa que empezó lenta y distraída.

Salieron de pesca

Gálvez, más allá del posible incentivo que podía recibir de los chiclayanos, salió a proponer y empujó lentamente a la visita hacia su arco. La volante, conformada por Uribe, González, Montaño y el 'Pato' se veía neutralizada por una contención galvista ordenada. El paraguayo fue el tronco de esa volante, que de a pocos fue adentrándose más en el partido, para terminar el primer tiempo sin mayor contratiempo, salvo una que otra pelota parada.

Así como los chimbotanos no habían tenido alguna clara en arco de Libman, lo de Alianza hasta ese momento había sido poco alentador. Ovelar aún sigue peleado con su fútbol y Montaño, muy aparte de sus habilitaciones domingueras, no estaba enchufado. Por lo que el partido, llamado a que fuese el de la fecha, aún no tenía goles, a diferencia de otros escenarios, donde sí se hacía presente.

Cosa de fútbol, no de locos

Es ahí donde nacen otra vez esas 'leyes' futbolísticas. El 'Zorrito', aquel moreno resistido y desaprobado por su pobre producción a lo largo del año, era por enésima vez uno de los principales responsables de que Alianza siga pendiente del partido en el San Martín de Porres, en Lima. Las pocas opciones que se empezaban a gestar con el ingreso de Alexander Sánchez y el despertar de Montaño se diluían con los exasperantes errores de definición del recién ingresado José Carlos y del pisqueño.

Un mano a mano fallado, un remate a las nubes entrando al área, entre otros, eran razones suficientes para frustrarse y renegar. Este hincha -como estoy seguro muchos más- queríamos ver al pequeño delantero fuera del campo. ¿Valió la pena que Costas lo mantenga en el plantel a pesar de su bajo rendimiento? ¿Fue realmente una mejora en su fútbol lo realizado ante Inti Gas? El fútbol es así, ladino, oportunista y voluble.

Faltaba poco menos de 5 minutos para el final y una contra armada por 'Neka' Vílchez, y servida por José Carlos, terminaría con un buen testazo de Aguirre, cual cabeceador experimentado, que con una desacostumbrada tranquilidad y precisión batía a Ferreyra para poner el único gol del partido. En tan sólo un cuarto de hora el 'Zorrito' pasó a ser el más querido y visto por los asistentes al recinto chimbotano.

Venga, compadre

El resto es historia conocida y sacramentada. Se cuidó el resultado, sobrellevando los nervios y ansiedades, que reflejados en el estratega íntimo es tan gracioso como alentador. Ahora la mente sí puede estar puesta en los de Ate y en una revancha que sería monumental. Alianza sufre, pero goza. Y es que el fútbol es así: impredecible, pero hermoso.


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