
Paolo Guerrero demostró por qué se le extraña por aquí. Con dos goles suyos, HSV Hamburgo inició una remontada épica en Estambul tras ir perdiendo 2-0. Ivica Olic marcaría el tercero y definitivo para la victoria alemana, pero el héroe ya era otro: el 'Depredador'.
Bruno Ortiz Jaime
No había nadie más indicado que él, el 9; ese de sangre sudamericana, pero alma alemana; ese que no por gusto lleva ese apellido, para imaginar lo inimagible y para recuperar lo irrecuperable. Paolo dejó en claro que es un Guerrero, un Guerrero en serio.
Porque esos dos goles de Galatasaray que llegaron casi sin que ningún hincha del Hamburgo se diera cuenta, fueron suficientes para aprisionar el corazón y resignarse al adiós. Harry Kewell y Milan Baros se estaban convirtiendo en los nuevos verdugos y del lado visitante no aparecía los de arriba: Pitroipa, Guerrero e 'Ivi' Olic. Casi con la suerte echada, pocas esperanzas se abrigaban.
Y es que en 7 minutos las intenciones de aguantar el partido se desvanecieron. Llegaron muy rápido los goles locales por intermedio del australiano y el checo y el plan tenía que cambiar. Por eso se vio a los 'dinosaurios' volcados en ataque, pero sin mayor fortuna.
Hasta que llegaría ese desequilibrante minuto 57. En medio de la marca de un puñado de turcos. el 'Depredador' encontró un resquicio y le pegó con parte interna. El balón se le hizo lejano a Morgan de Sanctis y el 2-1 se marcó en el tablero. Pero no todo estaba dicho: tan solo tres minutos después volvería a aparecer Guerrero. La escapada ante la marca de los zagueros locales y el derechazo imposible para el arquero local. Golazo y clasificación por diferencia de goles (habían igualado 1-1 en Alemania).
Galatasaray se volcó con todo al ataque, pero con insuficiencia. Jerome Boateng y Joris Mathijsen se batieron con todo en el fondo. Y si faltaba la cereza al postre, Ivica Olic se encontró un balón solo frente a De Sanctis y se la mandó por arribita. Otro golazo para gritarlo, pero para no olvidar algo: el protagonista de esta noche fue Guerrero, aunque para el técnico Martin Jol pareciera que no es suficiente. Para los hinchas de Hamburgo sí, y con creces.
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