
Desde las imperdonables mil y una ocasiones que yerra Wilmer Aguirre de cara al gol hasta los innumerables pelotazos para regalarle protagonismo al arquero rival que gestaron la derrota, Alianza tuvo responsabilidad absoluta. Al final, la historia de siempre, la pesadilla de estos tiempos, esa en que la blanquiazul no se anima a matar de local y termina en la humillación.
Bruno Ortiz Jaime
¿Qué se le puede increpar a Wilmer Aguirre? ¿Su escandalosa escaséz de calidad y calma para la definición? ¿Quizá su indolente actitud tras comerse ese gol hecho? Una tautología del fútbol reza que los delanteros tienen como fin superior el marcar, sobretodo cuando de desequilibrar en el score se trata. Quizá la falta de pericia del 'Zorrito' tras esos microsegundos de magia del taciturno Montaño sea tan solo una 'perla' de todo un collar de deficiencias en orden técnico y táctico.
Los números son frios y sinceros: Alianza no sabe llegar a arco contrario con libreto aprendido, porque de los 7 goles que ha marcado hasta ahora el equipo de Costas apenas 1 puede considerarse de elaboración enteramente. Curiosamente fue el primero de todos, el de Wilmer Aguirre a Sport Huancayo.
En este Alianza que en primera línea de volantes no agarra a nadie -con el sinceramente vergonzoso capitán Juan Jayo, con el trote y el habla altiva de un jugador recién retirado- y en creación depende de dársela a Montaño, con sus ratos de dribleador sobrenatural. Lo que está fuera de discusión es la autoría de lo derrota: los once victorianos hicieron hasta lo imposible por llegar al instante de sueño y permitir a la visita inaugurar el marcador a sabiendas de su postura ante este este hecho: bien al estilo de su DT, el de anotar y cerrarse con todo atrás.
Y lo peor es que se confundió al ímpetu de los minutos iniciales con el aterrizaje de la idea ofensiva de Costas. En un partido abierto en su momento, con Montaño y Solano luchando el título de mejor lanzador del partido, las ocasiones de gol llegaron en ambos lados, aunque con mayor generosidad del lado grone. En una de esas llegaría la jugada falta: Johnnier que la maneja a placer y en el momento que parece obnubilarse cede de taquito a Aguirre, quien solo, define sin rapidez ni ideas.
Más tarde se pagaría la factura. Como Corzo se volcó en ataque, Moisela no quiso ser menos y visitó el mediocampo. A las intenciones ofensivas difusas de Alianza le seguían contragolpes temerarios de la 'U', con Solano y Miguel Torres en soledad por la franja de la 'Bala'. Pero ni así se adelantó la visita.
Habían avisado sí con la intención de preparar un tiro libre con destino en la cabeza de Galliquio. Libman había contenido en el primer tiempo, pero en el complemente el destino sería otro. Maniobra similar y el 'Tyson', de para durante seis meses y por ahora intentando renacer en la gelatinosa zaga crema, se adelanta increíblemente a todos para poner el primero. Gol de la manera más impensada: en 'Matute' hasta el encargado del mantenimiento sabía que el fuerte de los cremas estaba en la pelota parada de Solano a la cabeza de alguien.
Alianza volvía a experimentar ese golpe que Gálvez había dado una semana antes y se desesperaba en encontrar las ideas para encontrar el empate. Los ingresos de González-Vigil, Quinteros -el mejor de los tres- y José Carlos Fernández dieron la impresión temible de los partidos en la era Páez, con búsqueda del héroe del partido cada semana.
Balonazos y balonazos, que acrecientan la figura de arqueros sin recorrido internacional y con ansias de cariño tribuneros, fueron la única 'solución' y respuesta final de los blanquiazules.
No fue el mejor partido del año, si los hubo, pero Alianza bien pudo ganarlo y no es exagerado. Más allá de lanzarle piedras al árbol caído, nadie se enoja si se le da una reprimenda mental al '15'. Nadie se enoja si se repite una vez más que la responsabilida de que nos canten la derrota en casa la tienen los que tanto pregonan su 'aliancismo'. Nadie se enoja, porque esta noche, más allá de la llegada de algún indeseable al banquillo visitante, los enemigos estuvieron en casa.
0 comentarios:
Publicar un comentario