foto: ANDINA

En una noche donde no hubo respuestas, donde no hubo milagros, donde no hubo alegría, donde no hubo localía, donde faltó todo, Perú recibió el golpe final del rival más encarnizado, del menos conveniente, del que lo haría más doloroso. Si algunos todavía escondían la Casio debajo de la bandera, terminaron estrellándose con la realidad.
Renzo Gómez Vega
¿Rabia? ¿Impotencia? ¿Frustración? ¿Humillación? ¿Con qué más adjetivar este sentimiento que nos corroe? ¿Cómo describir semejante desdicha? La lista de epítetos es innumerable; innumerable como los desatinos de José del Solar. ¿Será que ha perdido el juicio? Si es que algún día lo tuvo, claro está. ¡¿Con qué discurso querrá disculparse esta vez?! Su falta de argumentos, dominio de grupo y hasta de vergüenza deportiva han sido una constante durante todas las Eliminatorias. Pero hoy… hoy fue el punto máximo de su testarudez, el 'Waterloo' de este guiñapo en que ha convertido a la selección peruana.
¿Acaso no es capaz de advertir que la velocidad de Sánchez y González por los flancos superaría sin inconvenientes a la lentitud de Amilton Prado y a la conocida carencia defensiva de Vargas?. ¿O es que su corazoncito crema lo cegó? Hasta dónde puede llegar su escasez de análisis, que ubicó a Solano al lado de Rainer Torres en la primera línea de volantes, dejándolos a merced de esa suerte de Cochrane y Blanco Encalada en que se transformaron Matías Fernández y Beausejour. No hay que ser un erudito para percatarse de que Chile se caracteriza por la verticalidad y dinamismo de sus atacantes; y que el trote cansino de 'Ñol' no impondría seguridad alguna.
La expectativa en torno a este partido fue enorme. No era para menos, sobraban ingredientes por todo lo extrafutbolístico, no hay que negarlo. Quizá por eso nos duele más. Más aun al ser 'locales', porque decirlo sin comillas sería una burla mayor.
Solo habían transcurrido 2’, cuando un centro desde la izquierda efectuado por Mark González fue empalmado con exactitud por Alexis Sánchez, ante la pasividad de la zaga nacional. Baldazo de agua fría. Y así, como era previsible, la escuadra mapochina fue adueñándose del encuentro. El ritmo intenso, frenético de su ofensiva, desconcertó a nuestros jugadores, que nada podían hacer ante las arremetidas de Suazo y compañía.
A los 30’, un nuevo pase largo desde la izquierda que Vargas no es capaz de rechazar encuentra a un pícaro Sánchez, que puntea ligeramente el esférico, internándose en el área ante la desesperación del lateral de la Fiorentina, quien termina obstruyéndolo torpemente. Penal. Dos minutos más tarde, el 'Chupete' Suazo aumentaría la cuenta de esquinado remate. ¿Qué más podía ocurrir? Sin embargo, a los 33’, tras un pivoteo de Johan Fano que controla Chávez, éste se la devuelve al 'Gavilán', que define a media altura con el borde interno. Gol.
¿Era factible la remontada? Solo se trató de una leve mejoría. Perú siguió presa de la imprecisión y el desequilibrio, producto de la ineptitud del sistema táctico dispuesto por 'Chemo' Del Solar.
En el segundo período, el ingreso de Paolo de la Haza por un intermitente Miguel Torres produciría etéreas modificaciones. La blanquirroja parecía que daba signos de lucha, de pundonor. No obstante, a los 51', como tantas veces, Juan Vargas no pudo contener una escapada de su pesadilla Alexis Sánchez y recurrió a una feroz barrida que ocasionó su tonta expulsión. Aquí se terminó por sellar la debacle. El camino se haría más complicado.
Es así que a los 69’, luego de una magnífica triangulación entre Suazo, Sánchez y Fernández, este último conseguiría ampliar la ventaja. El resto fue puro trámite. Los ingresos de Piero Alva y Alexander Sánchez no servirían de nada.
Es innegable que esta derrota duele, pero tampoco traslademos este traspié futbolístico a otros ámbitos que nada tienen que ver. Duele ser últimos, aunque la interrogante sea: ¿hace cuánto que no lo somos? La diferencia está en que ahora es visible por la posición en la tabla. Es hora de reconocernos como tales y a partir de allí reestructurar a fondo el fútbol peruano. Hoy no da para pedir detalles.
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