sábado, 29 de agosto de 2009

Ser feliz con tan poco(s)

Alianza terminó con 9 y una sonrisa en los labios: ganó en Matute tras 76 días de hambre y, encima, agarró serie favorable. Ante Inti Gas, la blanquiazul sufrió como en final para ganar y ahora apunta a lavarse la cara, con el equipo completo, para la segunda etapa del torneo.


Foto: Isabel Ortiz Rojas; Texto: Bruno Ortiz Jaime


Ya la había marcado con su Adidas a punto de explotar, pero el ‘Pato’ se la quiso acomodar un poquito más. Que la barrera dispar, las redes azules antisaladera y el arquero se la hicieron más fácil no son argumentos suficientes para dar marcha atrás e invalidar el golazo que acaba de marcar Montaño. Golazo más allá de la estética, golazo porque hacía innumerables inicios de partido que Alianza no encontraba el tanto de la confianza. Esta vez lo hizo el colombiano, negado todo el año con sus ejecuciones de balón de parado. Si Johnnier había marcado al fin por esa vía, era porque bríos de esperanza tomaban Matute, pero..

Pero Alianza estaba condenado a seguir pagando los impuestos excesivos de un equipo regalón. Si la propuesta original de Corzo por derecha y Moisela por izquierda fracasó rotundamente, a imaginarse lo que sería con sus reemplazantes. Uribe se había proyectado lo suficiente como para superar ofensivamente a Aldo, pero en la primera que el Inti le prendió la moto por su lado, perdió. Ramírez le sacó dos kilómetros con cada calanca y el cierre tardío de Solís no pudo impedir el centro para la definición máster de Tragodara.

Eran ya momentos en los que los pases atrevidos de Quinteros comenzaban a desaparecer y el drama comenzaba a recolectar protagonistas. Alianza comenzaba a llorar las ocasiones que Velázquez desperdició con holgura. Fue entonces que Ospina se suicidó. Envió a Reaño para ponerle picante al partido y terminó ardiendo en furia. El lateral afro desentonó en su primera labor, la de marcar, y se mandó al ataque sin brújula. Espacio perfecto y suficiente para que el bullidor Aguirre encuentre el campo suficiente para iniciar su travesía hacia el área. Renzito cierra con prontitud pero le deja una vía expresa con el perfil contrario. El ‘Zorrito’ se iluminó por un instante y encaró hacia el lado indicado, centro y manotazo de enano por parte de Anzola, la pelota a merced de Velázquez. Si le erraba era pena de muerte. Después, vino el show de Villanueva y la expulsión injustificable para el ‘Karioka’.

Y si a este Alianza le estaba bastando la mente y el saber aprovechar -al fin- los errores tremendos que los rivales otorgan (para no decir luego que se tiraron atrás), tampoco vamos a pedirle demoler. Al menos no a Aguirre, que se la comió sin oposición tras un taquito magistral de Quinteros. Poco después, llegaría la nueva perla del juez Villanueva: segunda amarilla y roja para el ‘Pato’ por simulación, cuando en realidad Mendoza lo había topado con el muslo justo al ingreso del área.

Claro, y como en esta vida hay que ser equitativo, para bien o para mal, al pisotón de Leiva a Jayo lo convirtieron en roja también. Es cierto, el atacante del cabello carmesí ya tenía amarilla, pero aquella falta involuntaria no mereció la expulsión directa. Bueno, son apenas detalles, ¿no? Detalles que no es bueno desdeñar. Por ejemplo, hoy Vílchez demostró que realmente está recuperando su mejor nivel. Entró por Montaño y manejó bien el balón hasta donde lo acompañaron. Y tampoco pasa como un detalle menor el final. Alianza agazapado e Inti Gas a un triz del empate. No importa, hoy había que sufrirlo, para tener triunfo, grupo cómodo, confianza, respaldo de la tribuna, tranquilidad en la semana, fórmula para ganar -al fin- en casa y equilibrio durante los 90. Y todo eso por medio peso.


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