Siempre hay un nuevo amanecer

foto: Cnideiquitos.com

Sin Montaño y con una nueva propuesta, Alianza puso fútbol, y esta vez, ante un CNI tibiecito, funcionó. En el oriente, la blanquiazul encontró su ‘norte’ y concluye una exitosa ’gira’ provincial, donde fue -generalmente- local tanto en el campo como en la tribuna.


Denis Prince Delgadillo


Los tres puntos conseguidos en la calurosa tarde iquiteña no solo sirven para demostrar por enésima vez la irregularidad blanquiazul, pues apenas basta ver la cantidad de puntos sumados fuera de Matute durante esta primera parte del torneo (26). Este resultado es un buen envión anímico para lo que se viene en la liguilla. No solo Alianza se encontró con un mejor rendimiento colectivo, sino también los resultados jugaron, de alguna forma, a su favor, lo que le permite ver con mayor optimismo la segunda parte del campeonato.

El partido pactado para las 3 de la tarde en el horno sintético del Max Augustín presentaba a dos equipos urgidos de los puntos. Los albos tenían que seguir con su asentamiento de local, ya que de ello dependía mucho el alejarse de la zona de descenso. Alianza llegaba con la obligación de ganar para evitar que Aurich y el compadre se les escapen más. El marco de espectadores, una vez más, era azul y blanco, como en casi todos los partidos que Alianza jugó fuera de Lima.

Desde el inicio, Alianza evidenció lo que en las otras 6 salidas a provincias fue una constante: la disposición táctica y de actitud para salir a proponer. El primer fruto caería antes de los 10‘, cuando la sociedad Quinteros y Aguirre se juntaría para que este último abra el marcador.

Con el gol, el trámite del partido no variaría, pues los íntimos seguirían atacando a una defensa local obligada a salir más por el gol tempranero. Las oportunidades de gol empezarían a generarse y ni la expulsión irresponsable -por decir lo menos- de Moisela afectaría esta constante. Fue entonces cuando, pasada la primera media hora, una excelente ejecución de tiro libre del ‘Pato’ Quinteros pondría el segundo. Así acabaron los primeros 45, con una buena labor, en general, de los dirigidos por Costas.

'Chalaca', como era de esperarse, buscaría mayor volumen y presencia ofensiva para el segundo tiempo. El indicado era el colombiano Herrera. A los pocos minutos de iniciado, el otrora goleador del Boys descontaría tras un pivoteo de Montalva y una desatención de la defensa visitante. Tras el gol, los ánimos del CNI crecieron junto al ímpetu por conseguir el empate. Sin mucho fútbol y con más actitud, los locales empezaron a encimar el arco de Forsyth. Es ahí donde la rotación de la cual Costas quiere echar una mano se llevó a cabo: Metió a Montaño y Fernández, habituales titulares, para oxigenar el medio campo y darle mayor capacidad de manejo de balón.

Con ello, los orientales empezaron a caer en las imprecisiones y en el desorden, lo que sería aprovechado por Alianza. Lamentablemente, el problema del cual hace un buen tiempo se habla en La Victoria se hizo efectivo: la falta de gol. Esta vez no fue incapacidad de los volantes para generar, sino de los delanteros para embocarlas. Ciurlizza, Velázquez y, clamorosamente, Fernández desperdiciarían opciones para liquidar el partido. No obstante, para los intereses aliancistas el trámite del partido estaba casi controlado.

Así terminó el periplo por todas las provincias en el país. Y el saldo es más que satisfactorio a despecho de la realidad que se vive jugando en casa. La próxima semana, frente a los ayacuchanos, hay una oportunidad más -previa a la liguilla- de demostrar que lo que ocurre en casa no es cosa de fútbol sino de actitud.