¿El sueño de los justos?

foto: Luis Crespo Euribe / CorazónParaGanar.com

Alianza se relajó espantosamente y le entregó con lacito el partido a Aurich. Pese a que Joel Sánchez había adelantado a los 3’ y la blanquiazul parecía dominar por completo las acciones, el efecto rebote fue esta vez mortal para los de Costas. Solo queda ganarle a Bolívar.


Bruno Ortiz Jaime
[bruno.ortiz@corazonparaganar.com]
Enviado especial a Chiclayo

No tuvo otra cara para él, no había por qué tenerla, no estaba obligado siquiera. Pero tuvo que manejar ese designio tan dulce al inicio pero insoportablemente ácido al final. El gol de Sánchez le había abierto una pequeña puerta a la seguridad y la confianza. Entraron ambas a la vez y todo colapsó: Alianza ya tenía dos goles abajo y un bosquejo de humillación en la cara.

El peor regalo

Y es que el propio Alianza escupió esa armadura que le había dado una imagen temible, de autosuficiencia. La escupió porque confundió groseramente las órdenes de Costas para retroceder y buscar espacios efectivos para el contragolpe. El relajo fue la respuesta a un Aurich que hasta antes del gol de Guizasola lucía perdido, hasta nervioso con un gol en contra en casa. Quinteros perdió el balón y González el control de su espacio, mientras que el cuadro chiclayano asomaba con La Rosa y Espejo, quienes a la razón venían siendo mucho ruido y pocas nueces. Por ello, las libertades las aprovechó Manco, menos dotado físicamente que Ciciliano pero más atrevido. La huacha al ‘Pato’ fue apenas el primer verso de una canción desesperada que culminó en el enganche infantil a Solís y la definición por default.

Te lo agradezco, pero sí

¿Cuán justo era este resultado para un Aurich que no manejaba mejor el balón? Mucho. Explotó los espacios y las deficiencias, como en la marca a Tejada en su gol, porque cayó en cuenta que estaba en agonía. Y Costas reaccionaba tarde, tal vez embelesado también un poco por el inicio del partido. Ni al regreso del descanso se notó una respuesta contundente, como las que ya se había visto antes. De ello se aprovechó el equipo de Suárez para hilvanar lo que antes resultaba imposible.

Manco y su otra limitación

Así llegaba ese zarpazo del tercer gol, cuando el desequilibrio comenzaba a campear. Manco y su habitual definición de punta ante su debilidad muscular fueron suficientes para clavársela arriba a Libman. Celebración y respuesta a uno de los problemas más sencillos de resolver: Reimond, más que carencia de madurez, padece de un agudo problema de personalidad. Tiempo después descontaba Ovelar como para demostrarle al rival de qué estaba hecha su defensa.

Partido de M...ontaño

El hastío llegaba a Costas con razón y reacción. Se animó al fin a darle viada a un Monaño que siempre parece capaz de llevarse al mundo por encima pero no lo hace para evitar la fatiga… muscular. Quizá ahí estuvo la opción aliancista más grande para arrancar un mejor resultado. Inclusive el remate furioso del ‘Potón’ obligó a Diego Morales a la atajada de la noche. El pie del colombiano se hacía protagonista ante los requerimientos de la superficie. La pausa era un bálsamo que podía rehabilitar a este Alianza herido.

Con una quijada de 'Burro'

Pero entonces un ‘Burro’ terminó, paradójicamente, realizando la genialidad de la noche, previa licencia de la banda derecha grone. El amague simple y el fresco Óscar Vílchez afuera, el pique corto y afuera Prado, el enganche chiquito y repetido y afuera Solís como palitroque y la definición altiva de un Ascoy notable. Golazo y cachetazo inmisericordias para la hinchada íntima. Un cachetazo tan duro que no nos puede dejar en el lamento, un cachetazo que nos debe servir para no tomarnos una siesta más.