Ilustración: Isabel Ortiz Rojas

Apoyo informativo: Wilfredo Inostroza Valenzuela; Texto: Bruno Ortiz Jaime
Era de noche, 4 de diciembre. El día tenía sus verdugos y vencidos. En La Victoria no muchos levantamos la mirada. Alianza acababa de empatar a uno con Sport Boys en casa y con ello había resignado todas sus posibilidades de conseguir el título del Clausura, para disputar luego un play-off con Universitario por el campeonato absoluto. Esa noche de pistas rotas fuera de Matute, Cristal, con su empate cuadras más allá, en el Nacional de Lima, cazaba dos pájaros de un tiro: campeón del Clausura y del año.
José Soto había empatado para dar esperanzas, las mismas que desvaneció su hermano Jorge, el de Cristal, venciendo a Ibáñez. Pero un personaje singular había acaparado las miradas y odios de la jornada. Era él, el hijo ilustre de Saposoa, Antonio Serrano.
Después de aquel gol tan doloroso, los directivos de Cristal y Alianza (La ‘U’ no tenía, por entonces, ni para renovarle a Milton Marquillo) empezaron a sacar cuentas para contar con el hombre de moda en el ataque. Serrano había sido sorpresivo goleador de Boys tras llegar de El Salvador, y mientras en La Victoria lo buscaban para que haga blanquiazules sus gritos de gol, en La Florida querían ficharlo para agradecerle un poco el favorcito.

Y así, felizmente (?), llegaría a un acuerdo con la comisión de fútbol aliancista para ponerse la 14 blanquiazul durante todo el 2003. El atacante fue presentado como el fichaje del año y algunos vendedores de fuera del estadio ya alistaban los póster del futuro goleador y figura blanquiazul.
La historia fue total -absolutamente- distinta. Serrano tuvo un difícil escollo apenas a su llegada: jugar la Libertadores. Generalmente, este torneo mata a cualquier paquete o globo mediático. Y con Antonio fue brutal. El delantero no se hizo una en el torneo continental y, pese a que los dólares de suelo exigían su titularidad, terminó reemplazado por el argentino Nicolás Tagliani.

En el torneo local la historia no le fue distinta. Tardó tanto en hacerse presente por primera vez en el marcador ese año, que lo hizo de una manera tragicómica: cuando Alianza había perdido toda chance de ganar el Apertura ante Cristal. Le marcó a Melgar en el inútil triunfo por 2 a 0, pero lo celebró con la emoción a flor de piel.
Aunque -casi siempre- el destino nos tiene preparados un aliciente a nuestros momentos más aciagos. Venía la repesca ante Bolognesi para jugar la Sudamericana, y cuando todo parecía perdido tras empatar en casa ante los tacneños, Serrano apareció en la ciudad heróica para darle, de cabeza, la increíble clasificación a un Alianza que parecía muerto.

Pero en la vida la alegría está hecha solo de momentos. A Serrano solo le quedó guardar en mica las portadas de su celebración milagrosa. No volvió a anotar un solo gol de blanquiazul y se fue por la puerta falsa a buscar reverdecer sus bríos nuevamente en El Salvador. Hoy, a sus 30 años, pilotea el ataque del Sport Áncash, pero la satisfacción de ser solicitado por clubes que se pelean por ficharlo aún está ahí, intacta. Íntimos Cable Visión tiene la primera opción.
6 comentarios:
Creo qve tambien le metió un gol a Independiente de Avellaneda en el amistoso x la "Copa El Gráfico-Perú" jeje xD
Creo qve tambien le metió un gol a Independiente de Avellaneda en el amistoso x la "Copa El Gráfico-Perú" jeje xD
Es cierto. No debimos ser tan crueles.
Saludos.
Es cierto. No debimos ser tan crueles.
Saludos.
el cholo ese tiempo era chibolo y mujeriego ahora tiene su familia y esta metido en el futbol dale paisano somos saposoa
el cholo ese tiempo era chibolo y mujeriego ahora tiene su familia y esta metido en el futbol dale paisano somos saposoa
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