foto: Bruno Ortiz Jaime / CorazónParaGanar.com
Gustavo Martínez Morales
A decir verdad, dormito. No duermo porque creo percibir una eterna secuencia de sonidos, vamos, ruidos que no dejan sino espacio para el estrés. Pasan los segundos, minutos y sigo sintiendo ese ritmo cansino de cornetas, esa continua resaca de zumbidos que pretenden ser cánticos.
Despierto más que molesto, “bah” dejo escapar para luego seguir con una lista, al parecer infinita, de palabras de dudosa procedencia. Y de súbito mi madre me dice que calle esas risas. ¿Risas?, y si pues. Las blasfemias tornaron cada vez más en carcajadas imposibles. Es que era el fútbol peruano una vez más. Ha comenzado el tan detestado como querido Descentralizado.
Y vaya comienzo. Más que movida, la primera fecha ha resultado ser completa, picante, sabrosa. Y con la promesa de atisbos de buen fútbol en Costa, Sierra y Selva.
Como el sábado en Trujillo. Vallejo perdió 2-3 ante Cristal, pero vendió cara, carísima su derrota. Los poetas están recitando ahora ‘Trilce’, esos geniales versos que resumen la inseparable unión de tristeza y dulzura. Están inevitablemente tristes por la derrota, más aún por haberse consumado en el inexistente minuto 94. Pero sin ninguna duda Trujillo sabe que su equipo tiene para dar mucho más y que tiene infinita creatividad en ese estupendo poeta foráneo Candelo, y que sus inspirados versos tendrán buen destino en su compatriota Hurtado.
El cuadro cervecero lo perdió todo en los amistosos para ganarlo todo en la competencia real. Más aún si tienes los dos arcos seguros. Seguro el propio con el retorno de Erick Delgado, y el otro seguro de más de un gol por partido con el ‘Chino’ Ximénez en la delantera. El goleador uruguayo se reestrenó con dos goles.
No menos emotivo fue el duelo portuario entre el ascendido Sport Boys del Callao y el José Galvez de Chimbote. El cuadro chalaco volvió para desde ya decir que no está para el descenso y que lo suyo este año va más que en serio. Los dirigidos por “Titín” Drago mostraron los dientes desde un principio, demostrando que en su fortín va a resultar más que difícil robar puntos. Un justo 2-1 sobre un rival que no dejo de inquietar. Julio César Uribe mandó a sus muchachos a jugar y eso hicieron; pero los goles de Elías primero y Gárate después fueron suficientes para que el GOLAZO de Mario Leguizamón resultara insuficiente para el cuadro chimbotano.
Pero la nota pintoresca no es la que guardan cada uno de nuestros partidos durante sus jugadas. La quimba precisa para deshacerse de cada rival durante su época futbolística no sido heredada por ese ser de saco y corbata recargados llamado Julio César Uribe. No ha sido heredada para su boca, para ese instrumento que él cree utilizar con sapiencia y altivez. Ese mismo de los sinónimos incompatibles hoy habla de un ‘ayudín’ para el Boys. Moneda corriente y lástima encarnada en sonrisa. El ‘Diamante’ está para tener vocero.
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