Sueña y no despiertes más

foto: Luis Crespo Euribe / CorazónParaGanar.com

Porque los sueños se hacen ciertos por repetición. Porque Alianza elevó la confianza más de 3600 metros. Porque quiso sacudirse de sus temores y no encontró mejor lugar y ocasión para hacerlo. Por eso, por los dos de Fernández y el sacudón de ‘Johnni’, ahora puedes sonreír, puedes soñar. Trata de no despertar.


Bruno Ortiz Jaime
Enviado especial a La Paz, Bolivia

Te sorprendió. Nos sorprendió. Como esa camiseta cruzada, a la que muchos ya tenían en el clóset, con la que el equipo de Costas volvió a salir al campo, como esa gracia especial para aplicar su pequeña jerarquía internacional cuando un distraído rival se lo permite. Ese fue el Alianza de La Paz, el que todos imaginamos las noches en que no podemos dormir.

Para que no se le suba a la cabeza

Y así se echó a andar el partido, con un campo tan desnivelado como el ataque local, lo que facilitó inicialmente la labor de Sosa y Solís, que a la falta de adaptación al terreno impusieron la cultura del pelotazo a la tribuna. Bolívar tenía en Da Rosa al perfecto dribleador solitario, mientras Alianza ahogaba sus opciones de tanto, quién sabe, tal vez por ahorrarse la presión que significaría aguantar un gol lo mucho que quedaba de partido. Para la tranquilidad, en el mediocampo Quinteros derrochaba oficio con la pelota en los pies y González, ese pelado de la camiseta dentro del short, porque a él solo le importa imponer la ley de su botín a la comodidad o a la moda del vestuario, impregnaba entrega.

El ‘Cuy’ más veloz de la sierra

Entonces, Joel Sánchez, de esos atrevidos que escasean y con el que la blanquiazul tiene el lujo de contar, releyó el libreto personal y encaró; encaró con la fortuna que una incursión personal pude traer en la altura. Y así Alianza daba visos de lo que quería. Aguirre ya estaba haciendo lo suyo. Porque con espacios, y sin el conocimiento a ciencia a cierta de sus movimientos, el ‘Zorro’ se vuelve más voraz que nunca. A la línea de tres boliviana le trajo serias dificultades. Una asistencia inimaginable a Sánchez y tiros libres a granel conforman su soberbia producción. Hizo el trabajo sucio para que esta mañana la tinta gráfica mitifique a Fernández.

‘Zlatán’, Supermán y ‘Libmán’

Y no solo será el trujillano el superhéroe de una jornada que lo encontró en el momento adecuado. Salomón Libman -‘Libmán’ para los de Fox- pasó a ser ese hombre poderoso del apellido silábicamente agudo. Bolívar no encontró la manera de hacer del toque la variante adecuada ante el fracaso del clásico pelotazo. Alianza había demostrado que por alto tenía problemas, pero con la parca disposición de los bolivianos por ‘romper’ la agobiada línea del fondo grone no había problemas. Entonces probaron de todos lados y como sea. ‘Yuyo’ estuvo a la orden para impedir el peligroso descuento y marcar en el inconsciente de Costas su titularidad.

Razones de peso para la ilusión

Y ya la blanquiazul manejaba un dos a cero inaudito para cualquier resultadista empedernido. Estaba haciendo historia ante un cuadro que se había vuelto invencible como local frente a cuadros de la capital. Inventó el juez Haro esa pena máxima que rápidamente se hizo pesadilla en el imaginario colectivo. Podía volver ese sueño hecho molicie. Gol de Bolívar y lluvia de pelotazos como enviados con resortera al área de Salomón. Este podía ser la peor ‘Academia’ paceña de la década y ganar igual por esos caprichos atmosféricos. El abanico de posibilidades también le daba a Montaño, el títere perfecto del soroche, la opción de desequilibrar a cambio de dejar el alma en una corrida. Y corrió, corrió como queriendo no cerrar los ojos pese a que quería olvidar donde estaba. Corrió porque esa huacha a Rivero no podía quedar en postal. Zurdazo que evocó toda su rabia y fe, tal que el balón fue escupido por un arco que no toleró el bocado. En el suelo, sin más oxígeno que el vital, sonrió, soñó y fue feliz.