
Alianza Lima aun tiene el sabor a victoria y buscará hoy repetir el plato frente a Melgar sobre un terreno ya conocido. La pretemporada ya está acabando y los íntimos piensan en la Copa Libertadores. Pero primero hay que ganar los amistosos.
Paul Medina Trejo
Waldir se debe acordar. Corría el año 1997 y Alianza Lima se jugaba la final del apertura frente a Melgar en el estadio de la UNSA. El recinto estaba casi lleno y la gente esperaba goles de calidad. Alberto Tejada dirigía el partido que en todo momento se inclinaba a favor de los íntimos. El conjunto rojinegro estaba entonces dispuesto a defender la casa a toda costa.
En la mente de los blanquiazules resurgía la esperanza. Hacía más de 18 años que no lograban el título. Ganarle a Melgar en aquella ocasión sería recorrer la mitad del camino y era el aliciente exacto que el grupo victoriano necesitaba. Cada vez que Waldir Saenz colocaba los pases en profundidad que sus compañeros no lograban completar, la esperanza renacía.

Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo, debió pensar Waldir. Se acercaba más a la meta. La defensa arequipeña no lo encontraba. Cada vez que el zaguero llegaba a profundidad desequilibraba a una escuadra defensiva mal armada. Melgar parecía dispuesto a entregarle, estrechándole la mano además, el título del apertura. El ataque blanquiazul, sin embargo, estaba dispuesto a ganárselo.
Jorje Luis Pinto, entonces DT aliancista, había logrado llevar a su equipo de la mano por una senda de disciplina y con ello había obtenido logros que lo llevaban hasta donde se encontraba en ese momento. Ya el día del partido, el cuadro de Pinto no necesitó mayor esfuerzo para superar a la escuadra dirigida por Barack.

A los diez minutos del primer tiempo, el ‘Huevo’ López perseguía a Waldir que tenía el balón. El juego del zaguero superó al defensa y como parecía que le ponían alfombra rojinegra hacia la meta, porque ningún defensa se acercaba a marcarlo, castigó al arquero con un balón con potencia pero al besando la grama. Pero, no hay primer sin segunda.
A CELEBRAR. 'Balán', Bazalar, Salazar, Rosales y Bujica con su mejor sonrisa para celebrar el campeonato de apertura (foto: El Bocón).

Ya 15 minutos luego de regresar de los camerinos, otra vez el 10 aliancista presionaba. Estaba en el mejor momento de su carrera. A Sandro Gamarra le quedó grande la pelota y la retrocedió para Carlos Silvestri, quien estaba desorientado y regaló la redonda. Waldir que no pierde oportunidad selló el 2-0 que le dio el título del apertura 1997 a Alianza Lima.
“Falta conseguir el título verdadero”, dijo Pinto al final de la jornada. Hoy esperamos repetir la misma victoria frente al mismo rival en el mismo recinto.
“Falta conseguir el título verdadero”, dijo Pinto al final de la jornada. Hoy esperamos repetir la misma victoria frente al mismo rival en el mismo recinto.
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