foto: Luis Crespo Euribe / CorazónParaGanar.com
Wilfredo Inostroza Valenzuela
Por La Victoria aún se respira ambiente festivo, el papel picado aun yace en el suelo, muy cerca de los residuos de serpentina aún no limpiados rigurosamente. En la retina del hincha permanece la imagen de aquella noche, esa efigie del ‘Zorrito’ humillando con su velocidad al endiosado contendiente que enfrentó sin cobardía ni miedo alguno. Hoy, al concretar un nuevo y categórico triunfo -el primero en el campeonato nacional- en Matute, la algarabía aún dice presente.
Un capítulo distinto
Aunque todavía no asimilemos –para bien- el resultado cosechado tres días atrás, era la hora de olvidar ese grato momento, hoy otra era la historia y otros los protagonistas que escribirían la misma. De aquella formación histórica y arrolladora solo Libman y González estaban presentes. Repetía el bloque defensivo que actuó en Huánuco hace una semana, también se incluía a Ciurlizza para acompañar al paraguayo en la primera línea de volantes, Óscar Vílchez y Paolo Hurtado buscaría crear zozobra por las bandas y Alexander Sánchez sería acompañado por Roberto Ovelar en la ofensiva.
Con respeto, por favor
Como es lógico, y ante la fama de arrollador que adquirió el equipo íntimo en las últimas semanas, la visita debía cerrar los espacios y apelar al contragolpe aprovechando la habilidad y potencia de los veloces delanteros colombianos con los que contaba. El negocio era redondo para los norteños, Alianza no encontraba la fórmula para vulnerarlos y tras una que otra llegada esporádica por intermedio del balón parado además por parte de Ovelar o Sánchez, el primer tiempo moría y la desesperación del aficionado que asistió a Matute en gran número comenzaba a agudizarse.
Ellos si saben
La segunda mitad parecía ser un plagio de los primeros 45 minutos. Alianza lanzado a la ofensiva, el rival replegado en su campo recurriendo a las jugadas de contra como única arma. Gustavo Costas se percató de ello y envió al campo a dos de las figuras que la rompieron ante Estudiantes, los dos más hábiles, los dos más veloces, Wilmer Aguirre y Joel Sánchez. Cuando los caminos estaban obstruidos, fue el petizo volante arequipeño que provocó el primer tanto de la noche, tras limpiar el campo cedió a González, que con frenético y potente remate envió el balón a arrullarse en las azules redes del arco norte.
Genio y figura hasta la sepultura
Era el turno que de observar al ‘Zorrito’. Si bien erró un gol como el que nos tenía acostumbrados, fue vital en la consecución de las siguientes anotaciones que liquidarían cualquier reacción del rival. Primero es trabado cerca del área y ese tiro libre provocó una confusión en el rival que fue bien aprovechado por Ovelar; y luego tras una espectacular corrida –similar a las del jueves- cedió nuevamente al ‘Bufalo’ para que así convierta su primer doblete desde que se enfundó la blanquiazul allá por el mes de setiembre. Por estos días solo hay espacio para el júbilo, todos en Matute deseamos que estos momentos de alegría no nos abandonen más y que el equipo continúe así, funcionando y venciendo a la vez.
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