Llámenlo incomprendido

foto: Óscar Chambi Echegaray / CorazónParaGanar.com

Nunca tan claro, nunca tan categórico. La blanquiazul dejó atrás su pasado y nos enseñó que con coraje y atrevimiento los sueños pueden convertirse en realidad. Goleada memorable por cuatro a uno, con actuación magnífica del 'Zorrito' Aguirre, frente al vigente campeón de América. No cabe duda, Alianza está escribiendo una nueva historia.


Renzo Gómez Vega


Despierte, pellízquese, créalo y gócelo. Se lo merece. Es cierto. Su Alianza, el equipo de sus amores, el de las goleadas estrepitosas y las miradas cabizbajas en competencias internacionales ha ganado. Y no solo eso, ha humillado al poderoso Estudiantes de La Plata, el de las figuras excepcionales y las vitrinas abarrotadas de trofeos y preseas doradas. El mismo que hace un par de meses estuvo a minutos de ser el mejor del mundo.

Ilusión pinchada

Seamos sinceros, dudamos. Dudamos como hoy, dudamos como siempre. Más aún con el escalofriante comienzo. Balón al centro del campo. Henry Quinteros se la toca a Wilmer Aguirre, quien de inmediato sirve un pase fuerte hacia atrás que cae en los pies de Solís. Éste no tiene mejor idea que acomodársela a Héctor Sosa, cuyo nerviosismo lo hace reventar el esférico, pero no lo consigue y choca en José Sosa. Vidal no lo alcanza y el ‘Principito’ elude con facilidad a Libman, decretando el uno a cero. Solo habían transcurrido ocho segundos. Impensado -al menos no tan pronto- como intempestivo, casi tanto como los seis segundos del gol de Félix Suárez con casaquilla blanquiazul a Independiente Santa Fe por la Libertadores del '76. Estadio enmudecido. No podíamos empezar peor.

El que la gente reclama pero nadie puede comprender

Pero apareció en escena el tantas veces odiado y puteado –disculpen el término- Wilmer Aguirre. El de los errores criminales y las definiciones impredecibles. Vamos, admítanlo, se rieron cuando Niembro y compañía lo catalogaron como el ‘más peligroso’ del plantel. “No lo conocen, se están dejando llevar por el partido de La Paz”, dijeron sin titubear. Sin embargo, el ‘Zorrito’ nos hizo tragar algo más que nuestras palabras. De ineficaz pasó a ser temible. Encaró, amagó, y sobre todo, anotó. Tres goles y qué goles. Francamente sorprendente e irreconocible. Sin duda, Desábato, Cellay y Braña no lo olvidarán.

¿Quiénes son los estudiantes?

¿Y quiénes los maestros? Desde la bravura de González, pasando por la exquisitez del ‘Pato’ Quinteros, el empeño de Tragodara y el desequilibrio de Joel Sánchez, la zona medular estuvo impecable. Todos tocando y lo más importante, marcando. La Montañodependencia viene siendo cosa del pasado y cada vez aumenta la aprobación hacia el nuevo sistema del técnico argentino. Y es que el sacrificio no tiene por qué ser ajeno al fútbol bien jugado. Renglón aparte para Fernández, cuyo desempeño, más allá de su espectacular volea, fue para el aplauso.

Gracias totales

Dirán que solo es un partido, que falta mucho. Es verdad. Pero cuando las alegrías escasean y las derrotas se han vuelto una costumbre, triunfos como éstos nos inflan el pecho y elevan la mirada. Gracias, porque mañana podremos sonreír, porque hay mucho que celebrar y poco que cuestionar, porque de a pocos la palabra respeto será nuestro distintivo y, sobre todo, porque nos enseñaron que sí vale la pena soñar.