No hay mal que dure...

foto: Perú.com

Ni Alianza que lo aguante. En un encuentro donde fue bajando la intensidad, la blanquiazul rompió el maleficio de los cinco partidos y derrotó por la mínima diferencia a su clásico rival. Pese a esto, los íntimos siguen dejando dudas en la zona posterior.


Renzo Gómez Vega


Ahí estaban. Frente a frente una vez más. Como hace poco, como tantas veces. Luego de un mes y medio, las cicatrices de la derrota aún eran finas, delgadas; como las ansias de revancha, que estaban a flor de piel. ¿El escenario? El coloso de la UNSA. Marco impresionante, las tribunas abarrotadas, y a un lado los jugadores íntimos formando un círculo para recibir las últimas indicaciones. Todo listo.

A pelotazos aprendí

Partido típico de pretemporada, de esos donde el balón al ras del piso es impensado y el rechazo un recurso habitual. Dos, tres, cuatro veces. Solís y Vidal no tienen reparos en mandarla lejos del estadio. No encuentran otros caminos, al parecer Villamarín tampoco. El desenlace es el mismo: un Aguirre solitario que termina empequeñecido ante Galván y Galliquio. Pero pronto el ‘Zorrito’ tendría su oportunidad.

Ya era hora

La cancha se inclinaba lentamente a favor de los grones. Primero, un potente remate del paraguayo González hacía temblar el parante de Fernández y después su compatriota Sosa hacía lo propio con un cabezazo. Eran solo avisos. A los 20’ Johnnier Montaño cobra un tiro libre, la pelota viborea y descoloca a un irreconocible Fernández que se la pone en bandeja a Aguirre, quien esta vez deja atrás sus lagunas mentales y anota. De nuevo el impredecible ‘Zorrito’ para decir presente, y de nuevo el colombiano para asistir a un compañero, aunque esta vez sea con fortuna y de forma poco ortodoxa.

'Lito' bonito

Si algún acierto hay que reconocerle a la dirigencia y/o al entrenador es el fichaje de Joel Sánchez. El habilidoso jugador, natural de Sihuas, no solo aporta con su ya conocido regate o con su disparo de larga distancia, sino que también colabora en la marca, y vaya que lo hace. En este sistema de Costas calza como anillo al dedo. Un regreso a lo grande del pequeño.

Y todavía no


Los cambios tácticos requieren tiempo y trabajo. Es normal. Sin embargo, hay que ver con que herramientas contamos. El nuevo funcionamiento que Gustavo Costas quiere imprimirle al equipo es válido y saludable, tanto como que la defensa pide a gritos técnica y velocidad. Si el dinanismo y la eficiencia solo se alcanza de un lado del campo, el final está trazado. No es necesario fungir de brujos, ni de nada. Como tampoco lo seremos de aguafiestas. Un clásico es un clásico, como diría un erudito ya retirado de la tienda de enfrente.