miércoles, 5 de mayo de 2010

Previa: De la historia se aprende

Diseño: Airon Nelson López / CorazónParaGanar.com
Fue jueves, aquel 2 de marzo del '72, cuando Alianza Lima le ganó tres por dos a la Universidad de Chile en el Monumental de Santiago. Hoy, el campo de batalla será el mismo, y aunque estos guerreros no tengan la sagacidad de sus antecesores, tienen con qué. Solo recuerde y créalo.


Paul Medina Trejo
[paul.medina@corazonparaganar.com]


Ya no hay vuelta atrás. El viaje podría terminar hoy. Así, de golpe, brusco, intempestivo. Un nocaut al mentón y una parálisis a los sentidos, pero ¿por qué no seguir creyendo en esta blanquiazul que a veces engalana y en otras decepciona? Dejemos por un momento (ojo, solo un momento) los cuestionamientos y alistémonos a soñar. Total, no cuesta nada. Mejor aún si rememoramos una victoria ante el mismo rival y en el mismo escenario. Una dosis de añoranza -solo en la cantidad justa- abstrae el pensamiento y revive la ilusión. La misma que tenemos que recuperar y luchar para convertir en realidad.

ACCIÓN Y REACCIÓN. Titular que da cuenta del luchado triunfo que consiguieron los grones en tierras mapochas, y es que a cada gol peruano le sobrevino uno chileno (recorte: El Comercio).

El partido esperado. Chilenos y peruanos, azules y blanquiazules. Son las eliminatorias para la Copa Libertadores de 1972. Una derrota de los locales es impensada. No obstante, entre las filas de los íntimos destacan un par de conocidos que algo sabían de fútbol: Cubillas, Baylon, Sierra y Ponce. Vaya fiasco que se dieron. Pero, los chilenos salen animados y palpitan al son de su colorida barra. El argentino Roberto Barreiro sopla fuerte al pito. Señoras y señores, inicia el primer tiempo.

Luego de mover la pelota desde el medio, Alianza no quiere dejar espacios y arremete con todo a la defensa chilena que parece dormir aún. Todavía no acaba del primer minuto y bajo presión de Baylon, Rodriguez otorga el primer tiro de esquina. Sierra ayuda y Cubillas acecha. La defensa de la U de Chile solo se relega. Alé habilita a Cubillas, quien tras superar a Villalobos, sacude la valla de Nef.

PAPELITO MANDA, AUNQUE CON TRAMPA. Según las bases de la Libertadores de esa época, antes de cada partido los jugadores tenían que presentar su pasaporte o su carnet de identidad; sin embargo, el árbitro Roberto Barreiro solo lo aplicó con César Cueto, quien tuvo que dejar el campo, y no con el chileno Zelada (recorte: El Comercio).

Los victorianos se descuidan un momento y Barrera, el mejor jugador de la U de Chile, tras un pase de Sarnari decreta el empate a los 20’. Alianza vuelve a armar, continúa empujando el juego hacia el área chilena. Presiona. Minuto 25. Villalobos hunde el balón en su propia meta tras la presión de Cubillas. Dos a uno, ganan los peruanos. Con este resultado, los adversarios se van al descanso.

BIEN CHEQUEADOS. Nota que da cuenta del accionar de la oncena blanquiazul; los elogios sobraron (recorte: El Comercio).

Ya en la segunda parte, otra vez Barreda se filtra por la defensa íntima y vence a Ponce con un tiro directo. La hinchada chilena aún respiraba agitada, cuando Cubillas sorprende al aprovechar un descuido de Nef para marcar el tres a dos. Nadie lo creía o mejor dicho nadie quería aceptarlo. Pero como dicen, "la calidad no se hurta ni se compra, nace, se hereda y se trabaja", y vaya que el 'Nene' y compañía supieron de eso. Es por eso, que hoy, deberíamos contagiarnos de esa quimba de antaño, de esa identidad muchas veces gitana para vulnerar a esta U que tiene mucho de universitaria y casi nada de sangre azul. Porque la historia nos sirve para eso, para revalorar nuestro pasado, mejorar nuestro presente y encaminarnos hacia el futuro.

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