Frito pescadito

foto: Renzo Chumpén Espinoza / CorazónParaGanar.com

Alianza y José Gálvez nos regalaron un mar de emociones de principio a fin. La blanquiazul lo ganaba con comodidad, pero dejó despertar a los chimbotanos, quienes de la mano del uruguayo Leguizamón pusieron la alerta en Matute. Sin embargo, sobre la hora apareció Paolo Hurtado para decretar el triunfo.


Renzo Gómez Vega
[renzo.gomez@corazonparaganar.com]

Bello para los ojos, agridulce para el análisis. Blanquiazules y galvistas protagonizaron un duelo épico que sacó chispas y que dejó, literalmente, a más de uno con el corazón en la mano. Dicen que el hincha grone ya está acostumbrado, que así se goza mejor, incluso que ya se volvió parte de su vida. No lo dudo, vencer en las situaciones más extremas es y será lo más delicioso para el 'bobo', pero no para la razón. Porque no siempre se podrá y, sobre todo, porque estar al filo de la navaja siempre será un riesgo latente. Como hoy, por ejemplo.

Como antaño

La oncena blanquiazul vaya que sorprendió. Gustavo Costas, fiel a su costumbre, volvió a alternar a titulares y suplentes con el clásico objetivo de refrescar a su plantilla. Y fue sin querer queriendo que el argentino, puso a un mediocampo ligero y ágil: Los Sánchez, el paraguayo González y ‘Neka’ Vílchez. Entonces, Alianza destruyó fácilmente el cerrojo chimbotano. A los 7’ minutos, un error de Mesarina encontró a un Montaño recién ingresado que sin titubeos le pegó en primera y sombreó a Ferreyra. Golazo para soñar. Los grones iniciaron un cóctel de huachas y paredes que asombraron a la platea.

‘Búfalo’ sin cuernos

Tal parece que Roberto Ovelar está destinado a la dicha pasajera y a la fatalidad imprevista. Parecía que el guaraní ya había recuperado el nivel con el que descolló en la San Martín; sus cinco goles e incisivas actuaciones lo catapultaron nuevamente a la palestra. Sin embargo, no transcurrieron ni 5 minutos y el paraguayo se lesionó al tratar de rematar con su botín izquierdo. Una vez más, el ‘Búfalo’ había quedado indefenso.

Chasis nuevo

Johnnier Montaño es uno de esos jugadores que tienen el privilegio de ser queridos casi en su totalidad. Su exquisito toque y singular habilidad para eludir rivales, le otorgan un carisma que la mayoría no tiene. El cafetero venía de una lesión prolongada; no obstante, demostró que el fútbol bien jugado no es propiedad intelectual de los románticos, sino de todos aquellos que añoran el balón al ras del piso. El ‘Potón’ encaró cuantas veces quiso y hasta se dio mañana para triangular con ‘Arrocito’ Sánchez para el gol del ‘Karioka’ Velázquez.

Malcriado, pero sabroso

Todo eran sonrisas, hasta que… apareció Mario Leguizamón. El uruguayo se puso el equipo el hombro y superó la resistencia íntima hasta en dos oportunidades. Primero con un remate esquinado y luego con un soberbio remate de tiro libre que Libman no pudo evitar. La visita empataba y lograba su cometido: 2 a 2 para complicar a los blanquiazules y sembrar la duda.

Ya va, ya va

Los íntimos se repusieron del ritmo galopante de los visitantes y comenzaron su ardua tarea: recuperar su dominio y entregarse en ataque. Cuando Julio César (Uribe) esbozaba una sonrisa complaciente, el otro Uribe (Lalo) se aprestó en ir en búsqueda del triunfo. Tocó con Montaño y éste se la jugó libre a Hurtado, quien no vaciló en el último instante y marcó. Premio al esfuerzo y la constancia. Es la segunda vez consecutiva que el ex Aurich alinea con su escuadra y rinde a cabalidad. Ya es hora que Costas le brinde más minutos a Hurtado, cuyos soberbios remates le hicieron pasar un mal rato a Ferreyra, figura pese a la derrota. Alianza no tiene porqué sufrir, debe ser un equipo arrollador que aprovche sus oportunidades en el momento indicado. De lo contrario, vivirá de la incertidumbre e improvisación. ¿Queremos que eso ocurra? Los próximos comicios tendrán la respuesta.