A ponerse de pie

foto: Olé.com.ar

Alianza planteó un buen partido en Argentina y estuvo cerca de mantenerse como líder de la serie, pero un grosero error de Vidal Sosa provocó un penal que Verón convirtió en gol, arrebatándonos el primer lugar. A esperar hasta el jueves para conocer a nuestro rival en
octavos.


Wilfredo Inostroza Valenzuela
[wilfredo.inostroza@corazonparaganar.com]

Parecemos condenados a que las historias épicas no se concreten por milésimas de segundo. Que ese lapso de tiempo sea suficiente para arruinar una felicidad que ya creíamos nuestra, porque lo merecimos, porque nos esforzamos al máximo y porque rival jamás nos superó. Claro, pero el fútbol no galantea con el mérito, al contrario, un instante de despiste puede arruinar todo, y no hay derecho a denuncia. Aquel gol de Verón es un castigo, pero también es un correctivo que debemos asumir si pretendemos continuar con el sueño copero.

No fue menos

A pesar de la dolorosa caída, debemos destacar el desempeño de Alianza en el estadio de uilmes. La discutida pero exitosa reaparición de George Forsyth, el eficiente orden defensivo, y el coraje de los atacantes para luchar cada balón como si fuese el último. Un equipo que fue capaz de controlar los insistentes ataques del campeón de América, que si bien es cierto se adueñó del balón; jamás, del partido.

Dominaba, pero…

Es que Estudiantes jamás tuvo un dominio marcado, solo esporádicas triangulaciones de Braña, Núñez y Verón desperdiciadas por la escaza puntería de los atacantes del ‘Pincha’. El rival era contrarrestado de gran manera y el gol no asomaba siquiera por los tres maderos del redimido guardameta George Fortsyh. Alianza solo aparecía ocasionalmente por la valla de Orión; en el primer tiempo solo se contabilizó dos situaciones, una de Henry Quinteros a balón parado, y luego una de Aguirre tras un contragolpe. Era el encuentro soñado por Costas.

Estuvimos cerca

Y con el correr del tiempo, en vez que cunda el pánico y la desesperación, la tranquilidad parecía acrecentarse, los desviados remates de larga distancia y el buen trabajo de la defensa dificultaba la tarea del local, que parecía ya resignado a ubicarse segundo. Expiraba el tiempo establecido, la cima para Alianza estaba cerca, tan cerca que se podía alcanzar con las manos y palpar el merecido éxito tras una agotadora y excelente campaña.

Nos arruinó la Vidal

Pero una vez más, todos los karmas se unieron para arruinar el goce popular: los instantes finales, la pelota parada y los errores defensivos. Todo comenzó al perderse un balón en campo rival, el ‘Maxi’ Nuñez es trabado duramente por Walter Vílchez quien es echado por doble amarilla. Faltaban segundos, debía ser el último ataque, el último suspiro, pero una infantil maniobra de Vidal Sosa provocó un estúpido penal. Una vez más el destino se ensañaba cuando todo parecía consumado.

Seguimos vivos

Verón, el que asomaba como infalible, el cerebro del equipo, se encargaría de la ejecución. Todas los veladoras platenses fueron encendidas a la ‘Brujita’, aunque erró: Forstyh rechazó el balón, pero la pasividad de los defensores y la ineficacia del juez al no conocer el reglamento, que impide continuar la jugada luego del rebote porque el tiempo había expirado, permitió que Verón convirtiera el gol, arruinando todo el trabajo, todo el sueño que ya parecía una feliz realidad. Un golpe muy fuerte, muy duro, difícil de asimilar. Sin embargo, el análisis nos permitirá rescatar el buen desempeño del equipo, capaz de no controlar el juego del equipo más completo del continente. Lo importante es que la Copa continúa, errores como estos no se deberán repetir, porque la próxima no habrá oportunidad para corregirlos, solo para sufrirlos.