La otra cara

foto: Uber Aguirre Cabañin / CorazónParaGanar.com

De la solidez que comenzó a mostrar en casa poco se vio. Alianza volvió a mostrar la peor de sus facetas y milagreó un empate ante Gálvez. Fleitas fue el salvador.


Wilfredo Inostroza Valenzuela


Alianza Lima iba proponer, iba tomar la iniciativa desde el inicio, quería ser el protagonista, quería los tres puntos. Gálvez, como cualquier equipo que visita Matute, se defendería ordenadamente, priorizando el cero en su arco y apelando a complicar por medio del contragolpe. Los espacios que Johnnier Montaño necesita para deslumbrar con su juego estaban cerrados. Minuto ochenta y nueve.

Los fantasmas de hoy -y de siempre-

Pero siempre, aunque sea una vez –apenas alguna hoy-, los genios como el colombiano aparecen con su magia para despedazar los muros defensivos diseñados por los rivales. Cogió el balón y en una brillante jugada se deshizo de un defensor y fue trabado por otro (Guiliano Portilla) en el área. Penal y oportunidad inmejorable para iniciar la fiesta. Sin embargo, la suerte nos fue esquiva, una vez más, cuando Kohji Aparicio asumió el reto de ejecutar la pena máxima y nuevamente se nubló al patear para estrellar su remate en el horizontal. Apenas corrían 20 minutos pero ya se presagiaba lo peor.

Moralmente herido, Alianza buscaba el tanto que le permita inaugurar el marcador. Montaño, como ya lo mencionamos, no volvió a destacar, el planteamiento defensivo del rival cerraba espacios, por lo que el equipo apelaba a pelotazos, que en eventuales ocasiones llevaban peligro a la portería del argentino Ferreyra. La mala puntería de Aguirre y Velásquez era también otro factor que ayudaba a que la desesperación empiece a reinar en La Victoria.

No hay respuestas

Sin embargo, los dirigidos por el paraguayo Genes, no solo cumplieron a cabalidad su excelente rol en el bloque defensivo, sino que además Sotil, Iriarte y Barreto, las cartas ofensivas de la franja, se las ingeniaban para complicar en campo blanquimorado, tanto que Forsyth tuvo varias intervenciones de mérito.

Nuevamente Costas evidenciaba su falta de visión para realizar variantes: mantuvo en el campo a un inoperante Óscar Vílchez (hasta antes de los minutos finales) y en cambio envió al banco a Wilmer Aguirre, que si bien es cierto no estaba en su tarde, se las ingeniaba para complicar con su velocidad. Los ingresos de Fernández, ‘Wally’ y González-Vigil no cambiaron mucho la situación, el partido parecía condenado a finalizar en cero.

Mal de la cabeza

Gálvez se sentía satisfecho con el empate, pero un obsequio de Eduardo Uribe a Johan Sotil permitía al ‘Cholito’ sombrear el balón con categoría George Forsyth y prender el tablero electrónico en Matute. A falta de 7 minutos para que el Víctor Hugo Rivera decrete el final, el liderazgo íntimo en el grupo llegaba a su fin, pues el Aurich con el empate cosechado horas atrás nos alcanzaba en la cima. Aquellos recuerdos que ya parecían lejanos regresaban a la mente de los fanáticos íntimos. El karma de jugar en casa y no poder vencer reaparecía en La Victoria.

San Leandro

Pero ¿recuerdan aquel 20 de setiembre? Ese día que el Sporting Cristal tenía sometido a los pupilos de Gustavo Costas. Cuando las ideas brillaban por ausencia pero el corazón se mantuvo vivo. Aquella vez un defensor fungió de delantero para regalarnos una sonrisa, la sonrisa de no salir subyugados por el rival de turno, ese fue Leandro Fleitas. Hoy, una vez más, como ocurrió hace casi un mes, cuando el reloj era un nuevo enemigo de los victorianos y el funcionamiento no era el óptimo, apareció él, con un remate de cabeza para darle vida un equipo que ya parecía haber sucumbido en su mal juego.

Alianza aun es líder, pero jugando como hoy quien sabe si lo será por mucho tiempo. Hoy era un momento para distanciarse más en la punta, pero no se pudo. Afortunadamente, todo hace indicar que el Aurich –rival más cercano- no encuentra el rumbo luego de predominar en la primera parte de este dilatado campeonato.

La próxima parada es Trujillo. Gustavo Costas y sus dirigidos conocen lo que es salir victoriosos de esa plaza. No obstante, como declaró Juan Jayo al finalizar el cotejo: “el equipo que quiere salir campeón no puede cometer estos errores ni mostrar esta actitud”. Hay que trabajar y dejar atrás este partido, el camino todavía es largo, pero cada vez existe menor margen para el error.