A media cañita

foto: Bruno Ortiz Jaime / CorazónParaGanar.com

Mostrando poco en la cancha, la blanquimorada derrotó al Olímpico Peruano de Ica apenas por 2 a 1. No obstante, se llevó mucho: el cariño y aplauso de todo el pueblo local.


Denis Prince Delgadillo

Enviado especial a Ica

A pesar de ser un partido atípico, no solo porque Alianza volvía al Picasso Peratta después de 6 años sino también porque no suele darse que un grande actue frente a un combinado distrital -como el de Santiago-, la expectativa generada entre los aficionados iqueños fue numerosa. Y es que si bien ambas razones antes expuestas son respetables, había una mayor y mejor: que el pueblo iqueño, aliancista en su mayoría, pueda ver a su equipo jugando en su tierra después de varios almanaques. Las colas y el barullo generado a las afueras del Picasso dieron fe de ello.

Mucho sueño

Con una peruanísima -pero entendible por la ocasión- demora se inició el partido entre blanquimorados y santiagueños, con un combinado local esmerado en mostrarse frente a quienes podrían ser sus ídolos. Por su parte, Alianza arrancó con una actitud algo displicente y relajada, muy probablemente seguro de su condición superior y para cuidarse de las lesiones, lo que generó que el Olímpico Peruano le perdiese el miedo y empezase a construir jugadas.

No pasó mucho para que el público empezara a aplaudir las jugadas que elaboraban sus paisanos ante la pasiva marca de los dirigidos por Costas. Lo poco que habían hecho hasta ese momento Montaño, Aguirre, Fernández y compañía bastaba para inquietar la valla de un nervioso arquero local. Sin embargo, las generosas licencias dadas por Solís y Goyzueta empezaron a surtir efecto, tanto así que, ante la sorpresa de ellos mismos, el movedizo iqueño Fuilcos abriría el marcador tras cabecearle prácticamente en el área chica a Forsyth.

Ahora sí va en serio

Con el resultado en contra pero sin mayor preocupación que en el momento del gol, Alianza volvería al campo para la segunda mitad con otra actitud y con varios cambios. Vílchez, ‘Wally’ , Fleitas y Kohji darían ese toque de rapidez y le quitarían, de una buena vez, ese aburguesamiento al cuadro íntimo. Los resultados fueron a la vista efectivos, pues no había pasado un cuarto hora de comenzado el segundo período y ya los blanquimorados tenían metido a todo el elenco iqueño en su campo. Minutos más tarde, ‘Manolo‘ Corrales, al rebote de un tiro libre aprovechó para meterla como pudo y poner el 1-1. Y no había pasado casi la celebración cuando José Carlos Fernández, luego de recibir un pivoteo del ingresado Juan Diego, engancharía una volea al ángulo superior derecho del arco iqueño.

Todo en sus manos

Al ver al Olímpico Peruano entregado luego de la remontada, Costas decidió seguir con las variantes para irse de Ica con todo el plantel jugado. El turno era para los juveniles Bazán y Beltrán, uno volante creativo y el otro de marca, quienes a pesar de jugar poco demostraron que con un poco más de continuidad puede darle ese aire fresco que siempre ha caracterizado a los planteles íntimos. El partido se hizo tan controlado, que Libman tuvo la chance –aunque sea en los amistosos- de remplazar a Forsyth. Las tribunas iqueñas no tuvieron más que aplaudir cada gambeta, desborde y pared elaborada de Sánchez y el ’Neka’ Vílchez, que se cansaron de poner pelotas de gol que González-Vigil y Fernández no quisieron meterlas.

Los aplausos y el deleite bajaban de las tribunas del Peratta. Otra vez, y como dogma de fe, Alianza demostró que a donde vaya es local y, más aún ayer, que jugando a media caña terminó su minigira lleno de aplausos, hinchas coreando a los jugadores e intentando robarles una foto. La blanquimorada aprovechó bien el receso, pues a parte de darle continuidad a su plantel, le dio ese baño de cariño y afecto de su pueblo, ese que muchas veces ayuda y motiva para ganar campeonatos.