sábado, 3 de octubre de 2009

¿Todo de nuevo?

foto: Bruno Ortiz Jaime / CorazónParaGanar.com
Tal parece que la algarabía y la tranquilidad por la liderato alcanzado son historia. La ahora blanquimorada no supo sostener su triunfo momentáneo y cayó por tres goles a dos ante un Inti Gas que jamás se dio por vencido y siguió al pie de la letra el libreto del 'Peinadito' Ospina.


Renzo Gómez Vega

Enviado especial a Ayacucho

¿Y ahora?

Inicio prometedor

El comienzo no pudo ser más alentador, casi se trataba de un examen perfecto. Alianza, motivado por su privilegiada posición en la tabla, no vaciló en su primacía y arremetió con una propuesta ofensiva a la escuadra ayacuchana. A los 13' minutos, Henry Quinteros ejecutó un tiro libre poco peligroso al corazón del área, pero que Raúl Penalillo se encargó de traducirlo en gol al confundir a Johnny Soto en su afán por rechazar el balón.

Seis minutos más tarde, nuevamente el 'Pato', en una jugada similar, ampliaría la ventaja a dos. Esta vez se trataría del deslucido atacante colombiano Richard Valencia, quien pifió el esférico, complicando a su arquero y desatando la locura grone en el Ciudad de Cumaná. Para no creerlo: dos a cero en solo veinte minutos. Alianza estaba cobrándose la revancha del torneo regular y mantenía sus dos unidades sobre el Juan Aurich.

Cuesta abajo

Sin embargo, era muy temprano para cantar victoria. El conjunto local, caracterizado por avasallar a sus rivales en su fortín, no descansaría en su intento por lograr el descuento. Es así que a los 30', tras un tiro de esquina de Jorge Artigas, Sergio Reina se anticiparía a José Carlos Fernández y con un soberbio cabezazo atraería los, hasta ese momento, lejanos fantasmas de la derrota. Cuándo no, las bénditas pelotas paradas. Historia conocida, pero no por eso corregida. Después, George Forsyth alcanzaría un rol protagónico con sus atajadas. Una tras otra, el 'Gringo' aletargó su infortunado destino.

Con aroma de café

Hasta las graderías se escucharon sus gritos. Édgard Ospina reprendió a sus dirigidos por su displicente actuación y los instó a adueñarse de las acciones. A los 54', el colocho Héctor Ramírez, cual alumno aplicado, con un potente derechazo, y luego de una brillante acción individual, marcaría la paridad.

Con la expulsión de Aldo Corzo a los 56' por un jalón al cafetero Valencia, se terminaría por desatar la debacle. Si con igualdad de jugadores la situación era adversa, con la salida del vehemente lateral se agravó. Se trataba de la oda a una famosa obra del connotado Gabriel García Márquez. Crónica de una muerte anunciada, ese era el rumbo victoriano. Simplemente, era cuestión de tiempo. El 'Peinadito' lo sabía.

Finalmente, a los 79' Juan Jayo traba cerca del área a Jorge Artigas y Percy Rojas sanciona tiro libre. Astutamente, cuando todos aguardaban el remate de Renzo Reaño, el verdugo pasado, el uruguayo se la cede al mejor jugador del encuentro, Jean Tragodara, cuyo potente disparo se anida en el arco de Forsyth.

No te vayas


A Alianza le costó tanto alcanzar el primer lugar que creyó que sería suficiente para mantenerlo. Es más, pensó que su nueva indumentaria le otorgaría un matiz divino e inquebrantable. Sin embargo, la solución no vendría del cielo; ciertamente, no llegó nunca.

Seamos francos, la blanquimorada no es más que un detalle pintoresco que engrosa la vasta cultura aliancista. No hay más allá, inclusive, las estadísticas señalan que en líneas generales, la suerte nos ha sido esquiva en esta época del año. Entonces, ¿vale la pena atribuirle más aspectos de los que merece? La respuesta es tan obvia como que la punta de la liguilla y la posibilidad del cupo a la final son una especie de novia indecisa de la que no tendremos la seguridad de haber conquistado solo hasta el día de la boda. A ver si nos dice que sí. No vaya a ser que nos deje esperando en el altar.


2 comentarios:

J AL dijo...

La blanquimorada pesa mucho más que la blanquiazul

J AL dijo...

La blanquimorada pesa mucho más que la blanquiazul

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